Todas las composiciones que caben en este Vivir para cantarlo tienen razones acreditadas para existir y alguna de ellas ha dejado huella en la forma que el cantante tiene de entender su propio oficio. Junto a David San José y Ovidio López, Víctor Manuel desgranará la vida y biografía de unas canciones hechas a mano que no quieren apelar a la nostalgia, que quieren simplemente testimoniar el paso de un tiempo que por todos nosotros ha pasado, y que en el caso de Víctor Manuel se ha transformado en canciones.
Biografía de las canciones
El cantante hará un repaso por canciones que nacieron de la pura espontaneidad como El abuelo Vítor, La Romería o Planta 14, a las que siguieron otras más elaboradas como, Quiero abrazarte tanto, o María Coraje. Canciones que surgen en los meses que van del primer éxito popular al trabajo en vivo.
A partir del 71 todo lo escrito es mucho más reflexivo, más trabajado, porque el autor nunca deja de escribir y siempre ha estado influido de manera determinante por todo lo que le rodea. Al periodo del 73 al 79 pertenecen canciones como Canción para Pilar, Cuélebre, Para un niño, Todos tenemos un precio, Asturias…
Le siguen otras como Sólo pienso en ti, Soy un corazón tendido al sol, Ay amor, Luna, Para la ternura siempre hay tiempo, ¿Qué te puedo dar?, ¿A dónde irán los besos?, El hijo del ferroviario, El perro del garaje, No hay nada mejor que escribir una canción, Mucho más que dos, En blanco y negro, Querido Pablo, El gusto es nuestro, Entre todas las mujeres, Dos en la carretera, Neruda en el corazón, Una canción me trajo aquí, Tal para cual…
El espacio escénico de José Carlos Plaza
La propuesta escénica se basa en un espacio mínimo donde solo la música y la palabra son las protagonistas; donde no hay ningún elemento más que pueda distraer el espectador. La idea de Víctor Manuel y el trabajo de José Carlos Plaza hizo que una caja negra y luces acotando el espacio crearan la escenografía perfecta para subir a las tablas las canciones de toda una vida.