Úbeda y Baeza son dos ciudades llenas de historia, monumentos, arte y buena gente. Dos lugares donde pasar unos días inolvidables. Úbeda y Baeza son las dos ciudades más importantes de la provincia de Jaén, entrada de Andalucía.
Úbeda y Baeza: Úbeda
Úbeda fue fundada allá por el año 852 cuando Abderrahman II la pobló, llamándola «Madinat Ubbadat Al-Arat». En los siglos XI y XII la conquistaron almorávides y almohades, hasta que Fernando III, el Santo, en 1233 aprovechó la anarquía almohade para reconquistarla. Más tarde, la guerra entre Enrique II de Trastámara y Pedro II de Castilla asoló la ciudad. Momento negro en la historia de Úbeda como el de 1503 cuando los Reyes Católicos mandaron destruir las murallas del Alcázar ya que los nobles la estaban usando como fortaleza.
Nos cuentan una curiosidad de la ciudad: en 1530 para no quitar la luz y el sol en las calles, se prohibió la construcción de balcones con voladizo saliente al exterior. En el siglo XVI se produjo el mayor esplendor de Úbeda, personalizado por D. Francisco de los Cobos que fue nombrado secretario del Emperador Carlos I.
Mucha historia que se traduce en muchos monumentos a visitar. Destacamos la Plaza Vázquez de Molina: rodeada de monumentos renacentistas, formaba parte de las grandes familias nobles de Úbeda. Aquí encontramos el Palacio del Dean Ortega, las Ruinas del Palacio de D. Rodrigo Orozco, el Palacio Vázquez de Molina, el Palacio del Marqués de Mancera, la Cárcel del Obispo, la Iglesia de Santa María de los Alcázares y la Sacra Capilla de El Salvador. Está declarada Bien de Interés Cultural y forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 2003.
El Palacio del Deán Ortega (hoy Parador Nacional «Condestable Dávalos») posee una soberbia traza clásica y gran pureza renacentista. Fue construido por Andrés de Vandelvira. Destaca su patio con finas columnas de mixtura renacentista-nazarí. Es uno de los Paradores más antiguos de España.
Podemos contemplar las ruinas del Palacio de D. Rodrigo Orozco que fue localizado hace poco tiempo en uno de los costados de la Plaza, en línea con el Palacio de Mancera . Estaría situado frente al Palacio del Deán Ortega, asentado sobre la Muralla del Alcázar. Cuentan que tendría dos pisos y estaría precedido por una amplia escalinata (actualmente esta en excavación arqueológica).
El Palacio Vázquez de Molina (hoy Ayuntamiento) posee una fachada renacentista, muy similar a los palacios italianos y un enorme patio con columnas en su interior y fuente.
Fue construido hacia la mitad del siglo XVI, frontal a la vieja colegiata de Santa María y en línea con la Iglesia funeraria del Salvador, su construcción vino a reformar la Plaza, considerada de las mas singulares del Renacimiento español. Es obra del arquitecto Andrés de Vandelvira.
El Palacio del Marqués de Mancera fue construido en el siglo XVI por los canónigos Molina Valenzuela y fue Casa Convento de las Siervas de María. Posee un relieve de Jesús Niño abrazando la cruz entres Ángeles sobre calaveras y un fuerte torreón.
La Cárcel del Obispo, tras su restauración, es sede de los Juzgados de Úbeda. Durante las obras han aparecido restos de una necrópolis argárica.
La Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares se ubica dentro del Alcázar medieval y fue una antigua mezquita mayor y de 1259 a 1852 Iglesia Mayor Colegial. Tiene dos espadañas que den una aire original a la Plaza Vázquez de Molina.
Úbeda es una ciudad preciosa, con gusto por el arte y la historia. Un lugar digno de mención.
Úbeda y Baeza: Baeza
Muy cerca de Úbeda encontramos otra maravillosa ciudad, Baeza, quien siendo básicamente renacentista, alberga una amplia gama de estilos arquitectónicos. Fue declarada junto con Úbeda Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 2003.
En sus alrededores podemos contemplar uno de los paisajes más espléndidos de toda Andalucía: enormes campos de olivos que nos muestran el porqué de su famoso aceite de oliva. En lontananza podemos divisar la monumental silueta con la Torre de la Catedral. Baeza es uno de los enclaves más importantes del Renacentismo, enriquecido por las huellas dejadas en la Ciudad por íberos, romanos y musulmanes.
Desde sus orígenes, en la primera mitad del IV milenio A. C fue una importante ciudad de intercambio y centro administrativo. Al estar situada entre Castilla y Andalucía tendrá Baeza gran importancia en la Edad Media. El Rey cristiano Alfonso VII la conquistara en 1146 y la perderá en 1157. En 1212 Alfonso VIII después de la Batalla de Navas de Tolosa la reconquistará, pero no lo será definitivamente hasta 1227 cuando Fernando III, El Santo, la tomará definitivamente. Baeza siempre fue motivo de disputa por su situación privilegiada.
Baeza sufrió con la Guerra de la Independencia cuantiosas perdidas económicas y humanas primero y después con las represalias y contribuciones de absolutistas y liberales, fue entonces cuando la agricultura cobra protagonismo, sobre todo con cultivo del olivo. Hoy en día, disponiendo de tiempo para vagar por calles y barrios, descubriremos una ciudad sorprendente, llena de luz y de preciosas joyas de arte.
Como la Fuente de los Leones. En el centro de la fuente se eleva una columna sobre la que se asienta una estatua femenina que, según la tradición, representa a Ilmice, esposa de Aníbal. Dicen que puede proceder de las ruinas de la antigua ciudad de Cástulo y que fue trasladada aquí en el siglo XVI. Otra fuente interesante es la de Santa María, con forma de arco de triunfo, adornado con atlantes y cariátides. La Puerta de Úbeda estaba integrada en la muralla de la Ciudad y de los dos torreones que tuvo, se conserva hoy en día sólo uno.
En el Palacio de Jabalquinto destaca la decoración de la fachada, con su puerta bajo arco conopial.
En el interior hay un patio renacentista, con columnas de mármol y doble arcada. Algunas habitaciones siguen conservando el artesanado original.
En la Antigua Universidad se impartieron clases hasta 1824, fecha en la que se cerró. Desde 1875 hasta hoy es sede del Instituto de Bachillerato. En este edificio dio clases de Gramática Francesa, el genial poeta Antonio Machado, desde 1912 hasta 1919. Machado inmortalizó Baeza en sus versos «Los alegres campos de Baeza» y «Los grises olivares».
En la Catedral de Baeza contemplamos elementos de diversas épocas, aunque el carácter dominante que hoy nos ofrece es renacentista. En su interior destaca. el antiguo coro, el gótico la de la sacristía y la reja renacentista de la capilla del Sagrario. El claustro tiene tres capillas mudéjares y una gótica. Sensacional es la Capilla Dorada que se compone en los dos primeros tramos de la cabecera de pilares góticos y bóvedas de crucería. En el exterior se conservan dos puertas, la de la Luna, de influencia morisca. y la del Perdón, de estilo gótica.
Baeza es un tesoro al descubierto, un sinfín de historias y bellezas. Con gentes amables y dispuestas a contar orgullosos su esplendoroso pasado y su amor por el aceite y la buena vida.