El reconocimiento a Tallin ha sido posible porque Estonia es uno de los países europeos más concienciados con el medioambiente gracias a la implantación de políticas verdes comprometidas con la neutralidad climática y el cuidado de la rica biodiversidad del país. Además de la adaptación al clima, la innovación, el apoyo a la economía circular, la producción de alimentos y la movilidad. De hecho, ha sido la primera capital del continente en ofrecer transporte público gratuito a sus ciudadanos.
Tallin ya no sólo es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, sino también, una de las más verdes según este reconocimiento que se convierte en una gran razón para acercarse y descubrir una ciudad llena de encanto.
Tallin es una ciudad agradable, pequeña y con un casco histórico donde se combina a la perfección la vibrante vida en restaurantes, bares y tiendas con la historia que desprenden unos antiguos edificios que han sido testigos de muchas historias que merecen la pena ser contadas.
Además de poseer un impresionante centro histórico medieval exquisitamente conservado que es Patrimonio Mundial por la UNESCO, cuenta actualmente con una red de áreas verdes, parques y jardines públicos que ocupan casi un 30% de la ciudad. La mayoría están ubicados alrededor del centro histórico, un auténtico corredor verde que contribuye a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Situado en el Golfo de Finlandia, en el corazón de la región del Báltico, Estonia conecta los puntos culturales entre Escandinavia, Europa Central y Oriental. La capital de Estonia, patrimonio mundial de la UNESCO, Tallin, que cuenta con una de las ciudades medievales mejor conservadas del norte de Europa, además de bosques y pantanos, que cubren tres cuartas partes del país, 2.222 islas, más de 3.800 km de costa y una serie de lagos que ofrecen en su conjunto una enorme cantidad de encanto e historia milenaria configurando un panorama culinario muy interesante. El gusto por la diversidad, los productos artesanales y los ingredientes locales también ejercen una clara influencia en la cocina estonia y sus chefs jóvenes y vibrantes.