7 de junio de 1494. Castilla y Portugal firman en Tordesillas el tratado por el que el océano Atlántico sería repartido por medio de una raya trazada de polo a polo, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando el hemisferio oriental para la Corona de Portugal y el hemisferio occidental para la Corona de Castilla. Los Reyes Católicos y el rey Juan II de Portugal acuerdan qué conquistas del Nuevo Mundo podrán realizar. De alguna manera, Tordesillas y los Reyes Católicos quedarán por siempre unidos. Recorrer esta localidad vallisoletana es seguir de alguna manera sus pasos y la historia de Castilla.
Tres versiones distintas se debaten como origen etimológico de Tordesillas y por tanto su nacimiento en la historia: una torre romana construida en el año 63 a.C. para honrar al dictador Lucio Cornelio Sila («Torre de Sila»), una fortaleza árabe del siglo VIII (Thor Shilah, fortaleza de los Shilanes) y la más aceptada, situando el origen de Tordesillas en la Edad Media, bajo el nombre de «Oter de Sillas» u «Oter de Cillas» (otero significa lugar alto, sillas provendría del mirador con piedras en forma de sillas situado en torno al río y cillas son cuevas naturales). Tordesillas aparece por primera vez mencionada en documentos históricos hacia el año 939, cuando Abderramán III pierde la batalla de Simancas ante Ramiro II de León, Fernán González (primer conde de Castilla) y García Sánchez, I rey de Navarra. La batalla tuvo lugar entre los términos municipales de Simancas y Tordesillas y la ciudad fue liberada del dominio árabe.
En 1262 Alfonso X el Sabio concede a Tordesillas el Fuero Real, privilegio que fue usado comúnmente para la repoblación de Castilla en la Reconquista. Tordesillas va cobrando importancia y es con los Tratámara cuando consigue su mayor auge histórico, celebrándose en 1401 Cortes en Tordesillas, convocadas por Enrique III el doliente. En 1453 nace en Tordesillas el Infante Alfonso, hijo de Juan II e Isabel de Portugal, que sería nombrado con posterioridad heredero al Trono castellano por su hermanastro Enrique IV. En 1465 Enrique IV concede privilegios a Tordesillas, como el mercado franco, señalando el martes como el día que tiene que celebrarse dicho mercado (hecho que hoy en día todavía se mantiene).
De Tordesillas saldrán las tropas capitaneadas por Fernando el Católico para la batalla de Toro (1476), cuya victoria es decisiva para el final de la guerra civil entre los partidarios de Juana «la Beltraneja», apoyada por su marido Alfonso V de Portugal y los partidarios de Isabel la Católica, apoyada por su marido.
Quince años antes del Tratado de Tordesillas, se había firmado el Tratado de Alcaçovas, poniendo fin a la guerra civil entre Isabel y Juana y repartiendo además los derechos de navegación y conquista del Océano Atlántico. El reino de Castilla y las Islas Canarias serían para Isabel y Fernando, mientras que Madeira, Porto Santo, las Azores y las Islas de Cabo Verde, así como el derecho de conquista del reino de Fez y el derecho de navegación al sur del paralelo de las Canarias, serían para Portugal. Pero esta paz duró poco, pues Juan II de Portugal, tras recibir a Cristóbal Colón en 1493, se dio cuenta del error en el reparto inicial.
Tras varias intervenciones del Papa Alejandro VI para ampliar los dominios de cada bando y siempre con el deseo de ambos reinos de no reiniciar una nueva guerra, así como la amenaza real de Carlos VIII de Francia contra el Papa, llegamos al momento culminante de la historia de Tordesillas.
Y es que es en 1494 cuando se produce el acontecimiento más importantes en la historia de Tordesillas y uno de los más importantes para la historia del mundo, la firma del Tratado el 7 de junio de 1494, por el cual las coronas Castellana y Portuguesa se reparten los derechos de navegación y conquista del Atlántico. Los Tratados de Tordesillas Este tratado de partición oceánica presenta la gran novedad de que por primera vez se establece una frontera que divide tanto el mar como la tierra, suponiendo además una nueva concepción de división territorial que va a determinar la actual configuración de América del Sur. Con este tratado ambas potencias firman otro tratado que resuelve todos los litigios que, desde tiempo atrás vienen manteniendo ambos reinos acerca de los espacios africanos y que justifican y complementa al tratado oceánico.
El pacto africano tendrá para Castilla un valor extraordinario ya que hacía apenas dos años que los Reyes Católicos habían concluido la Reconquista, con la anexión de Granada y ese acuerdo con Portugal, delimitaba la zona de futura conquista y expansión del cristianismo hispano frente al Islam en el norte de África, objetivo prioritario de la monarquía española.
El acto final de las negociaciones se llevó a cabo sin la presencia de los reyes de ambas potencias pues estos habían delegado en procuradores plenipotenciarios, tres por cada nación. Por parte de Portugal: Ruy de Sousa, su hijo Juan y el licenciado Aires Dalmada y Esteban Vaéz asiste como notario. Por Castilla: Don Enrique Enríquez, Don Gutierre de Cárdenas y el Doctor Rodrigo Maldonado. Actúa de notario Fernando Álvarez de Toledo. Si bien los acuerdos firmados aquel 7 de junio eran firmes, ambas partes decidieron darse un plazo prudencial para que fuesen ratificados por sus respectivos monarcas: 50 días para el Tratado Africano y 100 días para el Tratado Oceánico, ya que se hacía necesaria una espera para saber lo que hubieran descubierto hasta el 20 de junio los navíos castellanos que navegan por el Atlántico. Los Reyes Católicos ratificarán el tratado en Arévalo y Juan II de Portugal en Setúbal.
Los Reyes Católicos y Tordesillas tuvieron siempre una fuerte relación. Hay además dos momentos en la historia que también son dignos de mención. Juana I de Castilla y el Movimiento Comunero. De la primera, ¿Qué decir? La conocida como «loca» fue proclamada reina de Castilla en 1504 cuando muere Isabel. Pero tras la muerte repentina de su marido Felipe en Burgos (en 1506 con tan solo 28 años), se la declaró incapacitada para reinar, asumiendo el Cardenal Cisneros la regencia hasta que Fernando primero y más tarde Carlos (el Emperador) recogieran el testigo.
Y es que Juana, celosa hasta el delirio, se volvió literalmente loca. Recorrió media Castilla con cadáver el de Felipe y el 18 de febrero de 1509 (tres años después de la muerte de Felipe), la caravana fúnebre se detuvo en Tordesillas. La reina se instaló en el palacio (del que hoy solo queda el recuerdo), donde permanecería 46 años, hasta su muerte en 1555, mientras que el féretro de Felipe el Hermoso fue instalado en la iglesia del Real Convento de Santa Clara, hasta el año 1525, en que fueron trasladados sus restos a Granada. Con el miedo a que sus súbditos se rebelaran contra su hijo Carlos I, como sucedió con el levantamiento comunero (consideraban a Juana la legítima heredera al trono castellano), tanto su padre Fernando el Católico como su hijo Carlos eligieron a hombres de su confianza para poner al frente de la Casa de doña Juana, auténticos carceleros.
Fue en Tordesillas donde recibió la visita de su hijo Carlos I de España y V de Alemania, de su nieto Felipe II, así como de los Comuneros de Castilla que proclamaban su legitimidad como Reina. Al morir un viernes Santo de 1555 a los 75 años de edad fue enterrada en la iglesia del Real Convento de Santa Clara, hasta que es trasladado en 1574 a Granada, donde descansan sus restos junto a los de su esposo.
Visitando Tordesillas
La visita a Tordesillas debe realizarse con el mínimo conocimiento histórico que ponga en nuestra mente datos que ayuden a conocer mejor esta preciosa ciudad, recordemos: el Tratado con Portugal, el cautiverio de Juana y el levantamiento comunero. Comenzamos la visita por la Plaza Mayor pues constituye el eje central de Tordesillas, siendo el lugar de las actividades públicas tales como el mercado, juegos medievales, festejos taurinos, conciertos, comedias, lugar de charla y encuentro. Es de forma cuadrada y está enteramente rodeada de soportales. Sobre el origen del puente actual no existe referencia fidedigna pero el apuntamiento de sus arcos nos indican su origen medieval. Es una gran obra de sillería, tiene diez ojos, y entre los arcos lleva tajamares de planta triangular. La villa y su puente eran paso obligado de caminos que unían el noroeste de la Península con el centro, facilitando el cruce por el ancho y caudaloso río. La muralla rodeaba toda la villa, y tenía un carácter fiscal y militar. Estaba construida en piedra, ladrillo y tapial. Sólo se conserva en la parte occidental, una torre llamada «Torre de Sila».
En cuanto a Casas y Palacios destacan: la Casa situada en la Plaza de Roma, junto a la iglesia de San Pedro, por sus rejas del siglo XVI; la Casa situada en la calle San Antolín, toda de piedra con aspecto de fortaleza por sus almenas y las Casas del Tratado, llamadas así, porque en ellas tuvieron lugar las negociaciones y firma del Tratado de Tordesillas en 1494. Las Casas del Tratado son dos palacios unidos. La casa más antigua es de finales del XV y en ella tuvieron lugar las negociaciones del Tratado de Tordesillas. Sobre su puerta se encuentra el escudo real de los Reyes Católicos, y los escudos heráldicos de los propietarios, Alfonso González de Tordesillas y Leonor de Ulloa. La otra casa es de la segunda mitad del siglo XVII y su gran volumen y nobleza de elementos demuestran que perteneció a una familia ilustre. El Real Monasterio de Santa Clara es considerado como uno de los mejores ejemplares mudéjares de Castilla y León.
El actual Convento de Santa Clara es una mezcla de estilos comprendidos entre los siglos XIV y XVIII, e incluso del XII y del XIII, ya que el antiguo recinto mudéjar se levanta sobre la estructura original de otro palacio anterior, del que se tiene una única noticia de tiempos de Alfonso VIII, rey que en 1169 declara libres de todo pecho los palacios que su tío Raimundo posee en Tordesillas. El único vestigio conservado de este primer palacio es la Capilla Dorada, esta cronología anterior la confirma su estructura arcaizante de origen taifa. Arcos apuntados-lobulados y arcos de herradura recorren los muros de la capilla. Estos arcos ciegos conservan en su interior restos de pintura mural gótica y un Calvario del siglo XVI. Es realmente bello y su visita obligada.
La Iglesia de San Antolín es un edificio de piedra de sillería y ladrillo de una sola nave dividida en tramos con capillas a los lados. En el lado de la Epístola, se adosa la Capilla de los Alderete, que constituye la parte más noble del templo, fundada a finales del siglo XV, y construida a lo largo del XVI con arreglo a las normas estilísticas gótico flamencas del momento. El resto de la iglesia se construye a finales del XVI y primeros del XVII, de estilo gótico. En la actualidad esta iglesia se ha constituido como museo. Las Iglesias de San Pedro, Santa María, San Juan, Santiago y los Conventos de San Francisco y del Carmelo son también preciosos ejemplos de la arquitectura religiosa de Tordesillas.
Como hemos recordado, una de las edificaciones más importantes de Tordesillas, fue su Palacio Real, sede temporal de las cortes itinerantes de las monarquías castellanas, y especialmente destacable por ser el lugar donde estuvo la Reina Juana I de Castilla durante 46 años. No lo busquen, pues tras la muerte de la reina doña Juana, el edificio fue abandonado, y a pesar de realizar reparaciones para evitar su estado ruinoso, fue derribado en el año 1773 durante el reinado de Carlos III. Museos como el del Tratado de Tordesillas, el Museo del Farol y el Museo de la Radio complementan esta visita por la historia de Castilla, de España y del mundo.
Para los más estudiosos e interesados en la historia diremos que el Tratado de Tordesillas se mantuvo vigente hasta 1750 cuando el Tratado de Madrid lo anuló. Decía el Tratado de Madrid en su artículo I:
El presente tratado será el único fundamento y regla que en adelante se deberá seguir para la división y límites de los dominios en toda la América y en Asia; y en su virtud quedará abolido cualquier derecho y acción que puedan alegar las dos Coronas, con motivo de la bula del Papa Alejandro VI, de feliz memoria, y de los tratados de Tordesillas, de Lisboa y Utrecht…
Hay que reseñar sin embargo que el Tratado de Madrid fue anulado por el Tratado de El Pardo once años más tarde, que restableció la línea de Tordesillas hasta que fue abandonada definitivamente por el Tratado de San Ildefonso del 1 de octubre de 1777. Otra historia para ser contada en otro momento.
Más información
Oficina de Turismo de Tordesillas
Casas del Tratado, s/n
47100 Tordesillas (Valladolid)
Teléfono: 983 77 10 67