Menorca es conocida por ser referente en sostenibilidad, así como por uno de sus tesoros más preciados: la gastronomía. La riqueza culinaria de la isla está alineada con su historia y esencia mediterránea, abierta también a otros rincones de la Cuenca del Mediterráneo, pero sin olvidar las raíces que caracterizan su cocina local.
Estos días, la isla vuelve a colocarse en el punto de mira por haber sido proclamada Región Gastronómica Europea 2022 por el Instituto Internacional de la Gastronomía, la Cultura, las Artes y el Turismo. Recibir esta distinción significa contribuir a una mejor calidad de vida sensibilizando sobre la importancia de la singularidad cultural y alimentaria, estimulando la creatividad y la innovación gastronómica. Estas cualidades, sumadas a la riqueza de sus materias primas, convierten a Menorca todo un destino gastronómico donde disfrutar de una escapada en pareja, en familia o entre amigos.
Además del entorno natural, las playas o la autenticidad del lugar, la gastronomía es un factor capaz de marcar la diferencia a la hora de elegir destino vacacional. Menorca aúna todo esto y más. Es por ello que, cada año, la isla sigue encandilando a viajeros de todo el mundo. Y qué mejor que disfrutar de este paraíso que en Barceló Nura: un hotel que aboga por un turismo sostenible y donde la gastronomía local es uno de los grandes protagonistas.
Un destino gastronómico inolvidable
Barceló Nura se encuentra en perfecta armonía con el ecosistema que lo rodea. No solo por su diseño respetuoso con el entorno, sino también por su propuesta gastronómica sostenible, sin perder de vista la tradición de la isla.
Se trata de un proyecto culinario diseñado por el chef italiano Marco Jacoby que combina una experiencia gastronómica de calidad y de cercanía con matices de las cocinas nikkei, italiana, griega y argentina fruto de su amplia trayectoria multicultural. Un viaje por el mundo a través de gastronomía tradicional con Menorca como punto de partida y final del trayecto.
Jacoby deja presente su buen hacer a la hora de combinar la cocina internacional en un proyecto de innovación gastronómica centrado en el disfrute de la alimentación sana, donde cobran especial importancia los productos típicos de Menorca como el cordero menorquín, el queso mahonés o el cabracho. Esta propuesta gastronómica diferenciada cuida todos los detalles de la estancia haciendo convivir la cocina con el entorno natural, gracias a su colaboración con productores locales y productos frescos certificados.