Lugano es la ciudad más grande del cantón de Tesino, reconocida en toda Suiza por ser un destino eminentemente vacacional. Además, no sólo como tercer centro financiero en importancia de Suiza, Lugano
despliega sus encantos en un abanico de parques, de villas y edificios religiosos. Encanto casi mediterráneo, se habla italiano, quedamos gratamente sorprendidos por Lugano, una ciudad que ofrece todas las ventajas de la metrópoli y a la vez la comodidad de una pequeña ciudad.
En una bahía en la orilla del Norte del lago de Lugano, rodeado por varias montañas de panorma espectacular, encontramos a Lugano. Con un casco antiguo cerrado al tráfico, los numerosos edificios al estilo lombardo, museos exclusivos, las montañas, el lago y un calendario repleto de espectáculos
invitan a visitar y disfrutar la ciudad en interminables paseos. Gracias al clima suave, Lugano es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y para aquellos que busquen una ciudad bonita. Porque Lugano, sinceramente, lo es.
La ciudad también tiene un carácter eminentemente italiano, entre otras cosas, el nombre Lugano probablemente proviene de la palabra latina Lucus, que significa madera o madera sagrada. Los primeros documentos que datan la existencia de la ciudad son de finales del siglo IX. Por aquel entonces la ciudad era una de las posesiones del Ducado de Milán. Siglos adelante, la ciudad fue ocupada por los suizos en 1512, siendo en 1798 cuando la ciudad obtuvo su independencia y entró a formar parte de la República Helvética como el Cantón de Lugano, que tras la ocupación francesa recibió el nombre del mayor río, el Tesino.
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