En el extremo septentrional del Lago Maggiore (Langensee) en el cantón del Ticino, se halla Locarno, en el delta del río Maggia, la ciudad con el clima más suave de Suiza con unas 2.300 horas de sol al año. La «dama de camelias» atrae a los visitantes con su encanto sureño, el clima mediterráneo y la vegetación subtropical. A menudo, las camelias, mimosas y magnolias comienzan a florecer ya en febrero.
Pasear por los estrechos callejones de la Città Vecchia, el casco antiguo, ver asombrado las flores en los parques y tomar luego un capuchino en la animada Piazza Grande observando la vida agitada – efectivamente, Locarno es una ciudad para las personas que saben disfrutar de la vida.
En verano, la gente se reúne por la noche en la Piazza Grande. Con motivo de conciertos al aire libre o bien durante el conocido festival internacional de cine en agosto, esta plaza atrae a miles de personas. La Piazza Grande, el centro de la ciudad, se encuentra rodeada por elegantes fachadas, arcadas y cafés.
Locarno está coronada por la famosa iglesia de peregrinación Madonna del Sasso. Este templo fue construido en conmemoración de la manifestación de la Madre de Dios a un franciscano en la noche al 15 de agosto (fiesta de la Asunción).
Desde el mirador rocoso de Orselina se disfruta de una vista fantástica de la ciudad, con el lago y las montañas en el horizonte. Si queremos llegar aún más arriba, a la cima de Locarno (1670 m), a Cardada-Cimetta, podemos tomar un teleférico diseñado por el famoso arquitecto Mario Botta.
En verano, Cardada es un popular lugar de reunión de parapentistas y excursionistas, mientras que en invierno se presta para esquiar e ir en trineo.
Son especialmente atractivos el impresionante Castello Visconteo con su torre característica y el museo arqueológico sito en las murallas del castillo. Podemos contemplar una colección de floreros valiosos y copas de cristal sopladas a mano así como otros objetos datados en época romana.
Al lado del castillo se encuentra el Rivellino, una fortaleza, cuyos documentos históricos así como estudios recientes se remontan a la impresionante obra de Leonardo da Vinci. También vale la pena visitar las iglesias antiguas y las residencias de la nobleza en Locarno y sus alrededores.
Como la Casa Serodine, donde descubriremos una preciosa fachada con estucados de Giovanni Serodine de 1620. Los estucados representan escenas de la Biblia. Otro lugar muy interesante es la Chiesa Di Mogno, Iglesia diseñada por el mundialmente conocido arquitecto Mario Botta y construida con mármol blanco de Peccia y granito Vallemaggia. El techo es de hierro y cristal. Merece la pena visitar esta obra de arte.
Locarno es punto de partida ideal para numerosas excursiones, tanto en barco en el Lago Maggiore o bien a uno de los valles románticos de la zona (como Verzscatal y Maggiatal).
Las colinas en los alrededores de Locarno cuentan con una densa red de caminos para excursionistas por bosques de castaños. Esta singular red de caminos permite llegar cómodamente desde la orilla del lago hasta la Cardada, la montaña casera de Locarno. Desde la Cardada – a la que también puede acceder desde el centro de la ciudad mediante teleférico y desde Orselina por funicular aéreo puede emprender un sinnúmero de excursiones de diferente duración y dificultad.
En el pintoresco valle de Centovalli, podemos recorrer senderos en mulos, como se solía conducir antiguamente para llegar hasta el mercado de Locarno; en el recorrido se hallan obras arquitectónicas impresionantes, como el puente románico de Intragna. Cabe mencionar también los teleféricos que llevan a los turistas desde Verdasio a Rasa, un pequeño pueblo tradicional.
Nuestro agradecimiento a la Oficina de Turismo de Suiza