Málaga, es la quinta ciudad de España en número de habitantes. Está situada en el sur de la Península Ibérica, en un privilegiado enclave natural sobre dos valles fluviales (Guadalhorce y Guadalmedina). Bañada por el mar Mediterráneo y rodeada por los montes de Málaga, esta preciosa ciudad andaluza (con más de 3.000 años de historia a sus espaldas) contempla la vida de una manera muy especial: buen tiempo y ambiente durante casi todo el año.
Una visita a Málaga debe incluir sí o sí las cuatro joyas de incalculable valor que tanta fama le han dado: la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro, la Catedral y el Teatro romano.
La Alcazaba
Es uno de los monumentos históricos de la ciudad más visitado. Un lugar donde la belleza y el conocimiento de la historia van de la mano como en pocos sitios en el mundo. Esta ciudadela es de época musulmana y se ubica a los pies del monte Gibralfaro, donde se encuentra el Castillo al que estaba unido por un pasillo entre murallas llamado «La Coracha». Es una de las obras más importantes musulmanas conservada en España.
Se construyó en la segunda mitad del siglo XI con piezas del antiguo teatro romano, tales como columnas y capiteles.
Con matacanas, torres albarranas con saeteras, murallas almenadas y su privilegiada situación, dominando la ciudad y la bahía, la alcazaba fue siempre un lugar de vital importancia para la defensa de Málaga.
La gran reforma de la misma llegará con Muhammad II (siglo XIII) y es de esta época cuando se produce la fusión de un elemento defensivo y un típico palacio árabe con patios, jardines y estanques. Es visitable con importantes muestras arqueológicas en exposición.
El Castillo de Gibralfaro
Este castillo (siglo XIV, convertido en fortaleza por el rey nazarí Yusuf I en 1340) se edificó para dar hospedaje a las tropas que protegían a la Alcazaba. Destaca por las preciosas vistas de toda la ciudad y el mar así como por su Centro de Interpretación.
Asediado y rendido por los Reyes Católicos en 1487 fue convertido por Fernando del Católico como su residencia temporal tras la victoria, utilizando desde entonces el castillo en del escudo de armas de la ciudad.
Fue considerada durante mucho tiempo la fortaleza más inexpugnable de la península ibérica ya que cuenta con dos líneas de murallas y ocho torreones. La muralla exterior se une con «La Coracha», muros dispuestos en formas zigzagueantes que unen el Castillo con la Alcazaba. La muralla interior permitía hacer el camino de ronda por todo el perímetro de la fortaleza.
Se puede dividir en dos partes: la superior (patio principal) donde se ubica el Centro de Interpretación y la torre Mayor, el pozo fenicio y los baños y la parte inferior (patio de armas), donde se hallan los barracones de la tropa y las caballerizas, la torre albarrana (que conserva un aljibe), dependencias y almacenes.
La Catedral
El nombre completo de esta maravilla es Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación. En Málaga la Catedral es mucho más que un edificio de culto, es un referente, un lugar de encuentro, un testigo de la historia malagueña.
Situada sobre los restos de la primitiva mezquita almohade, sus obras empezaron en la segunda mitad del siglo XVI y «concluyeron» en el siglo XVIII. Concluyeron entre comillas ya que es un una obra inacabada. Falta el remate de la fachada principal y la torre sur, de ahí que popularmente se la llame «La Manquita».
Cuenta la leyenda que el dinero que se iba a destinar a su terminación allá por el siglo XIX se gastó en las guerras de España en América, pero la realidad es el dinero que se iba a dedicar a concluir la Catedral se destinó a financiar obras públicas urgentes en la provincia de Málaga.
Las portadas de la catedral son conocidas como la de las Cadenas, frente al Palacio de Zea-Salvatierra con sus jardines y su patio de los naranjos; la principal, conocida como la de la Plaza del Obispo y, aunque no está integrada en la Catedral, la fachada del Sagrario.
Tiene una planta de tres naves con girola, todas de la misma altura. Su coro es de los más espectaculares de España. Hay muchos expertos que lo igualan con los de Toledo y Córdoba. Tiene 42 tallas, obra de Pedro de Mena en su mayoría. Sus dos órganos, de más de 4.000 tubos, datan del siglo XVIII pero se conservan en muy buen uso; se utilizan hoy en día para conciertos. En la catedral se encuentra el Museo Catedralicio, con gran cantidad de obras sacras de primer nivel.
El Teatro Romano
El Teatro Romano es uno de los símbolos vivos de la Hispania Romana. Dispone de un moderno centro de interpretación ubicado a su lado en el que por medio de las nuevas tecnologías se puede conocer de primera mano la vida y las costumbres de la época del Imperio. Fue descubierto en 1951 aunque estuvo durante muchos años semioculto por el edificio de la Casa de la Cultura.
En las excavaciones se pusieron a la vista verdaderas maravillas como el proescenium (el escenario), restos de la Orchestra, el lugar reservado a los senadores y la cávea, el graderío de 31 metros de radio por 16 de alto con trece gradas y las entradas a las gradas, el llamado vomitorium.
Construido en tiempos de Augusto (siglo I después de Cristo), mantuvo su uso hasta el siglo III. Tal y como hemos comentado, numerosos materiales como los sillares, columnas y piedras talladas fueron utilizados para la construcción de la Alcazaba en el siglo XI.
El centro de interpretación que está decorado en su exterior por fragmentos de la Lex Flavia Malacitana, contiene piezas originales recuperadas en las excavaciones.
Estas 4 joyas malagueñas merecen al menos dos días de nuestro tiempo para empaparnos de su belleza e historia. Málaga nos espera con los brazos abiertos.