Once inuit groenlandeses protagonizan el documental “La sonrisa del sol”, una película que relata las vivencias y emociones de tres familias procedentes del Ártico acostumbradas a un clima extremo en un territorio permanentemente cubierto de hielo. Tras un largo viaje, estos “turistas” experimentan por primera vez el efecto que un clima soleado como el canario y la naturaleza de las Islas Canarias producen en el ánimo de quienes lo disfrutan.
El documental, para cuya realización se contó con la participación del antropólogo Francesc Bailón, experto en cultura inuit, quien además dirigió la expedición, relata una experiencia sin precedentes protagonizada por once groenlandeses pertenecientes al grupo de los Ammassalimmiut, los últimos inuit en tomar contacto con el “hombre blanco” en 1884.
Los protagonistas del documental, de edades comprendidas entre 1 y 64 años, proceden de la población de Kulusuk, una aislada aldea de 300 habitantes situada en la región de Tuni, al este de Groenlandia, donde viven de la caza y la pesca acostumbrados a condiciones extremas de frío polar. La película, de 30 minutos de duración, relata cómo por primera vez en su vida dejan atrás sus hogares, la mayoría por primera vez, para experimentar durante quince días la sensación de vivir bajo el clima de las Islas Canarias, considerado como “El mejor clima del mundo”, donde las playas sustituyen a los lagos de huelo y los forros polares se cambian por bañadores y ropa de primavera.
Durante el viaje, realizado entre los días 14 y 22 de mayo, los once participantes tomaron como base la isla de Gran Canaria y desde ella viajaron al resto de las islas del archipiélago para vivir una experiencia singular que les permitió cumplir algunos de sus sueños, como bañarse en el mar, sentir su brisa o el simple hecho de tocar un árbol en el marco de un clima excepcional. Además, conocieron algunos de los paisajes y rincones más emblemáticos de las Islas, practicaron actividades náuticas y deportivas y hasta visitaron un centro escolar.
El director del metraje, Guillermo Cascante, ha confesado que “este proyecto es uno de los más locos y bonitos” en los que ha trabajado, cuyo título “acierta con la felicidad que genera los efectos del sol a personas que habitualmente viven bajo cero”. De hecho, ha recordado como anécdota el contraste de temperatura durante el rodaje del documental, “desde los -5° de Kulusuk a los 25° de media de las Islas Canarias”, lo que permitió a su equipo plantear el relato “como un juego de contrastes: de pescar en el hielo y moverse en moto de nieve o trineos tirados por perros a cambiar su utensilio de caza por un palo de golf, una moto de agua, un baño en el mar y paseos por la arena y las dunas de las playas canarias”.
Por su parte, Francesc Bailón, único antropólogo español especializado en la cultura inuit ha afirmado sentirse sorprendido ante “la capacidad de adaptación de los inuits a un país y a un clima totalmente opuesto” y ha manifestado su orgullo de haber formado parte de un proyecto en el que fue “considerado como uno más entre la comunidad” de las tres familias polares.