Ubicada en el municipio pacense de Alange en tierra de Barros, una de las comarcas más características de la Baja Extremadura, la bodega Palacio Quemado se creó en el año 2000 para elaborar vinos tintos de calidad, bajo la Denominación de Origen Ribera de Guadiana, con el objetivo de transmitir la cultura de esta zona colindante con el Alentejo portugués.
La Raya 2018 es un homenaje a la frontera terrestre entre España y Portugal, llamada coloquialmente La Raya, pero en un concepto más amplio, este término también se refiere al espacio geográfico próximo a esta frontera donde las poblaciones portuguesas y españolas comparten de alguna manera elementos históricos, culturales y económicos, dejando clara la unión y la identidad entre la comarca del Alentejo y la de Tierra de Barros. En Palacio Quemado apuestan desde siempre por la utilización de variedades portuguesas en sus vinos liderando la lucha por su autorización en España, que finalmente se consiguió.
La Raya 2018 es un vino de color rojo picota; de gran complejidad e intensidad en nariz, con notas florales y herbáceas que recuerdan a heno seco, y un fondo mineral pizarroso con toques especiados de pimienta negra y nuez moscada; y en boca, amplio, sápido y muy equilibrado, con un final largo y sedoso, donde se perciben chocolates, vainilla, y fruta negra. Elaborado a partir de Trincadeira preta mayoritariamente, con pequeñas aportaciones de Alicante bouschet y Syrah; la fermentación la realizó en depósitos de hormigón, y posteriormente fue criado en fudres de roble francés de 500 l y 5.000 l durante 18 meses, en total.
Luis Lopes, uno de los enólogos con más talento de la nueva generación portuguesa, aporta en este vino la mejor interpretación del terruño de Palacio Quemado y la expresión de la variedad Trincadeira preta a los ojos de un enólogo portugués.
El valor de la sostenibilidad
Palacio Quemado ha eliminado el uso de herbicidas. Únicamente trabaja el viñedo con azufre y cobre. Además, en esta tarea colaboran plantas naturales como salvia, ajenjo o canela. Tanto en la entrada de la uva como en todo el proceso, se aplican dosis muy bajas de sulfuroso. De esta manera, se aprovechan la crianza del carbónico de la fermentación malo-láctica como protector natural del vino. Gracias a esto, no es necesaria la adicción de sulfuroso durante este periodo. Todo esto tiene como resultado que la intervención en bodega sea mínima teniendo especial cuidado por la uva evitando que se rompa al entrar en bodega y depósito. Así, se preserva la identidad y personalidad de cada parcela y de cada variedad.
Palacio Quemado pertenece a la prestigiosa asociación española de Grandes Pagos, que defiende y propaga la cultura del vino de Pago, producido en un terruño específico y que refleja la personalidad inconfundible de su suelo, su subsuelo y su clima.
La bodega nace de la unión de la familia Alvear -la más antigua elaboradora de vinos de Andalucía- y la familia Losada Serra -propietarios originales de la finca Palacio Quemado-. Lideradas por Fernando Giménez Alvear y Manuel Losada Serra, ambas familias se embarcaron en una aventura en busca de la verdadera historia del vino de Extremadura y elaborar vinos tintos de alta calidad.