Remanso, sobre los Valses Poéticos de Granados, estrenado en Nueva York por el American Ballet Theater en noviembre de 1997, recibió los mayores elogios por parte de la crítica especializada. Fuerza expresiva, geometría de líneas, utilización dinámica del espacio y las formas, fueron algunos de los comentarios suscitados por el trabajo de Duato. A partir de aquella primera versión, el coreógrafo ha alargado la obra para la Compañía Nacional de Danza, coreografiando en esta ocasión tres de las hermosísimas danzas populares del compositor y dando lugar a este Remansos.
Montado sobre música de piano de Enrique Granados, e inspirado en el mundo de Lorca, Remansos derrocha ingenio, ofreciendo contínuos guiños al espectador basados en la perspicacia de su movimiento.
Aksak
En toda la obra está presente el término aksak (palabra proveniente del turco que significa cojo), un ritmo irregular, propio de la música tradicional de los Balcanes, surgido de las danzas y los bailes populares primitivos.
No se trata de una recreación folclórica o costumbrista sino de un sentimiento de opresión y aislamiento que recorre de forma subterránea toda la obra: bajo esta tensión el hombre busca encontrar las condiciones propicias que le permitan franquear las barreras de la razón, para llegar a algo más elevado.
El papel del argumento en la obra es de orden esencialmente estructural, su contenido es secundario y reducido a algunos conceptos de base donde se hace referencia al mito de la caverna de Platón.
Arenal
Arenal es una coreografía de Nacho Duato inspirada en canciones de Mª del Mar Bonet. El propósito del coreógrafo con este ballet, es mostrar la desinhibida alegría del carácter mediterráneo en contraposición a la cotidiana lucha de la vida.
Duato hace este contraste muy claro: por un lado, un grupo de hombres y mujeres bailan motivados por la pura alegría de la música. Su júbilo es reflejado con claros movimientos de los bailarines paso a dos, paso a tres, paso a cuatro sobre canciones griegas traducidas al catalán y mallorquinas. Por otro lado, una mujer permanece aparte y baila sola cuatro canciones cantadas a capella. Estas canciones, sin acompañamiento musical, con un contenido realista, surgen como un desgarrado grito del corazón. Sus movimientos están más cerca del suelo que los del resto de los bailarines. Ella es la expresión del influjo de la tierra.