Jaén fue durante la Reconquista un baluarte fundamental para los reinos cristianos. Era la frontera natural con el reino de Granada y, por tanto, ciudad protegida por murallas y torreones. Una ciudad codiciada, asediada y protegida a lo largo de toda la Edad Media, como también lo fue más adelante en la historia. Hoy en día, Jaén se muestra como una ciudad abierta y encantadora, donde tapear por el centro histórico es una delicia.
La historia de Jaén
Para los conocedores de la historia de España resultará sencillo recordar que los musulmanes conquistaron, allá por el siglo VIII, prácticamente toda la península ibérica, Jaén incluida. Abd al-Rahman II remozó la ciudad que hoy visitamos con una mezquita, una alcazaba, los famosos baños, canalizaciones y comercios… Jaén era, pues, una ciudad próspera y poderosa. Fueron buenos tiempos para los habitantes de la ciudad, no cabe duda.
Cinco siglos después y en plena Reconquista, conforme los ejércitos cristianos avanzaban sobre el Guadalquivir, Jaén sufrió numerosos asedios que minaron su poder, hasta que, finalmente, en 1234 el rey nazarí de Granada Ibn al-Ahmar, se declaró vasallo de Fernando III «El Santo», rey de Castilla, y le entregó la ciudad.
Entonces, la ciudad pasó a ser una plaza fronteriza de primer orden. Después de la caída del reino de Granada, con el final de la Reconquista, la ciudad dejó de tener la gran importancia que la caracterizó. A partir de ahí, guerras entre nobles y la decadencia de la Edad Media hacen que Jaén pierda su esplendor poco a poco. Hoy, quedan vestigios de lo que debió ser una ciudad-fortaleza impresionante, la «ciudad cristiana en tierra mora», como fue conocida.
Prueba de ello es el Castillo de Santa Catalina, una fortaleza restaurada que vigila la ciudad desde su altura privilegiada en un cerro cercano. La fortaleza fue construida por los musulmanes para proteger la ciudad de los ataques cristianos. Fernando III «El Santo», la tomó en 1246. Mucho tiempo después, a comienzos del siglo XIX, en la Guerra de la Independencia contra Francia, fue tomada por las tropas de Napoléon y sufrió una destrucción casi total. En sus orígenes, desde la fortaleza se podían ver enormes muros que llegaban hasta la ciudad, haciendo de la misma un lugar inexpugnable; actualmente, apenas quedan algunos torreones en pie, visibles a medida que vamos subiendo hacia lo que hoy es el Parador de Jaén, un hotel espectacular, con todas las comodidades para el huésped y un trato atento de primer nivel.
El Castillo se divide en tres recintos: el inferior, constituido por una serie de barbacanas; el medio, donde se construyó el Parador (en 1965); y el recinto superior, que es el Castillo Nuevo, la parte que mejor está conservada. La Torre del Homenaje, el Patio de Armas, y la capilla de Santa Catalina de Alejandría son los principales atractivos del monumento emblemático por excelencia de Jaén, junto con la Catedral.
En Jaén y alrededores podremos encontrar numerosas referencias bélicas y religiosas y es que la guerra y la paz se encuentran muy marcadas en esta hermosa ciudad andaluza.
Lugares de visita obligada son la Iglesia Parroquial de San Ildefonso, con un interior de estilo gótico con retablos barrocos de interés y una hermosa capilla, la de Nuestra Señora de la Capilla, Patrona de Jaén, de finales del XVI. Precisamente en esta iglesia se encuentra el sepulcro de Andrés de Vandelvira, arquitecto de la catedral, fallecido en 1575.
La Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena es la parroquia más antigua de Jaén (data del siglo XIII). Fue construida sobre los restos de una mezquita árabe y podemos ver alguna referencia árabe en arcos y en el patio central. Tiene obras espectaculares, como «El Calvario», de Jacobo Florentino, una tabla de la Virgen del Pilar de Machuca, el «Cristo de la Clemencia» de Salvador de Cuéllar (XVI), o la imagen de la Magdalena Arrodillada.
La Iglesia Parroquial de San Bartolomé alberga una de las mejores tallas de Jaén, el Cristo de la Expiración, de José de Medina (XVIII). La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Merced, la Iglesia de Santo Domingo y la Santa Capilla de San Andrés son otros puntos recomendables. De esta última destacamos que fue declarado monumento histórico-artístico de carácter nacional en 1931. De origen mudéjar, destaca su retablo mayor, del siglo XVIII, y la Capilla de la Inmaculada. En la Santa Capilla de San Andrés hay un gran archivo, con documentos antiguos de gran valor.
En Jaén destacan los hermosos palacios de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento aunque veremos otros importantes como el Palacio Episcopal, el Palacio de los Vilches, el de los Vélez, el del Condestable Iranzo y el Palacio de Villardompardo que alberga un interesantísimo Museo de Artes y Costumbres Populares y un Museo Internacional de Arte Naif.
Cualquiera de ellos nos da una idea de la importancia que tuvo Jaén en épocas pasadas. En cualquier plaza, calle o jardín podemos encontrar monumentos que llamarán nuestro atención, como la Cruz del Castillo de Santa Catalina que según la tradición, recuerda la conquista de la ciudad por Fernando III El Santo; el Monumento a las Batallas, para recordar las Batallas de las Navas de Tolosa (1212) y Bailén (1808), decisivas en la historia de Jaén y de España; la Cruz del Pósito, en la Plaza del Pósito, la Plaza de San Félix, los jardines laterales del Parque de La Victoria, junto a la calle de Baeza; o el conjunto de hierro y madera, en la Plaza de la Audiencia son otras zonas a las que podemos acudir dando un tranquilo paseo.
Especial atención merecen los Baños Árabes, unos de los mejor conservados de España, el Arco de San Lorenzo, la Iglesia de San Juan, el Monasterio de Santa Teresa, el Convento de Santo Domingo, el de Santa Úrsula y el Convento de Nuestra Señora de la Merced. Todo un abanico de arte a lo largo de siglos de historia. Jaén es una ciudad desconocida, pero es un lugar fantástico, lleno de historias y leyendas.
En los alrededores de Jaén hay parajes enormemente atractivos, como Los Cañones de Otiñar, ideales para practicar alpinismo y para la pesca de la trucha. A tan sólo 12 kilómetros de la ciudad es un lugar inolvidable; como Jabalcuz, las Peñas de Castro y la Piscifactoría de Los Cañones. Jaén nos sorprenderá.
Siempre podremos descansar con un gazpachito bien fresco, tomando unas «patatas a lo pobre», unas espinacas, unas collejas, las habas o la «pipirrana», que es un especie de salmorejo a base de ajos, pimientos verdes, tomates maduros, miga de pan, aceite y sal. En Jaén es muy típico el tapear. En la zona cercana a la Catedral se concentra el mayor número de bares y locales. Hay que ir preparados porque el trasiego de gentes y tapas puede hacernos perder los papeles. La carne y el pescado, especialmente en escabeche son muy buenos. Como en cualquier ciudad andaluza, la gente es amable y cariñosa y tienen una filosofía de vida muy agradable.
Cómo llegar
Jaén es una de las ocho capitales de Andalucía. Situada en el norte de la comunidad andaluza, es frontera con la Meseta castellana. Limita al norte con Ciudad Real y Albacete, al sur y el este con Granada y al oeste con Córdoba. La ciudad de Jaén está ubicada en el centro suroeste de la provincia. Linda con los municipios jiennenses de La Guardia, Torredelcampo, Fuerte del Rey, Los Villares y Mancha Real.
A Jaén se puede llegar por ferrocarril, por avión desde el aeropuerto Granada-Jaén o bien a través de su densa red de carreteras, entre las que destacan las autovías del Olivar y la A-44, que une la capital con Bailén y Granada.
Dónde alojarse y comer
Parador de Jaén. Castillo de Santa Catalina
Ubicado en el cerro de Santa Catalina, al lado del Castillo, sobre la ciudad y frente al valle del Guadalquivir, ha sido elegido uno de los diez mejores hoteles-castillo de Europa. Es un lugar único, el aspecto monumental de su interior se mantiene en los impresionantes arcos cruzados a 20 metros de altura en el salón principal, el comedor y las habitaciones con impresionantes panorámicas de la ciudad. Habitaciones que conservan su aroma medieval pero con todas las comodidades actuales.
Destacan sobremanera su gastronomía y el trato excelente volcado para que nuestra estancia sea inolvidable. Sin duda, uno de los mejores hoteles de España.
El Parador se encuentra a sólo 5 km. de Jaén; sus principales vías de comunicación son las carreteras N- 323 Bailén-Motril y la N-324 partiendo desde Córdoba.
Parador de Jaén ****
Castillo de Santa Catalina.
Telf.: 953 23 00 00. Fax: 953 23 09 30
Web: www.parador.es
E-mail: jaen@parador.es