El paisaje de la Costa Daurada se podría definir, en pocas palabras, como un gran contraste. En él encontramos espacios naturales de gran belleza e interés. En el sur el Parque Natural del Delta del Ebro y la Reserva Nacional de los Puertos de Tortosa-Besseit y en el oeste las Montañas de Prades. Estas dos últimas con grandes extensiones de bosque en los que aún se encuentran núcleos habitados de gran belleza que conviven en equilibrio con su entorno natural. Te proponemos los mejores espacios naturales para que complementes tu tiempo de playa en la Costa Daurada.
El Delta de l’Ebre, con 320 km2, es después de la Camarga francesa la segunda zona húmeda más importante del Mediterráneo occidental y de la Costa Daurada. Comprende numerosos hábitats naturales poco frecuentes en el resto de Cataluña: grandes lagunas de agua salobre, la Tancada, o más dulces, l’Encanyissada, kilómetros de playas con campos de dunas, Punta del Fangar, yermos salados, como el de la Tancada y Punta de la Banya, surgencias de agua dulce, los Ullals, bahías someras, como el Fangar o Els Alfacs, y bosques de ribera e islas fluviales que, conjuntamente con los ecosistemas creados por el hombre -arrozales y salinas-, constituyen un paisaje único de gran riqueza natural.
Esta diversidad de ecosistemas, flora y fauna, ha motivado la protección de una importante parte del Delta declarada Parque Natural en el año 1983. Es, de hecho, un paraíso ornitológico donde se pueden contemplar más de 300 especies de aves, algunas sedentarias y otras migratorias, que pasan el verano o el invierno o están de paso. Es el único hábitat en toda Cataluña donde se pueden encontrar algunas especies entre las que destacan: la garceta grande, el morito común, el avetoro común, la garcilla cangrejera y el flamenco, a las que se unen docenas de miles de patos y aves limícolas. El Delta también es rico en muchas plantas raras, anfibios, peces e invertebrados endémicos.
El Parque Natural cuenta con una completa infraestructura de soporte para el turista y el estudioso: un eco museo para interpretar el medio natural y agrícola del delta, diversos centros de información, un centro bibliográfico y una estación biológica con un centro de recuperación de la fauna silvestre para acoger a los científicos.
A parte del innegable valor ecológico de la zona, paraíso de ornitólogos o simples amantes de la naturaleza no se puede olvidar la belleza de unas playas salvajes. El Delta representa también la lucha del hombre por colonizar una tierra dura y difícil cultivando arroz, los arrozales cambian de color según la estación y se pierden en el infinito de pequeñas casas y pueblos. Imprescindible un paseo en cualquier embarcación que va a la desembocadura.
Els Ports de Tortosa-Beseit constituyen un conjunto montañoso muy abrupto que tiene continuación natural en el Maestrazgo de Castellón y de Teruel. Sus 800 km2 incluyen once municipios. El Mont-Caro, con una altitud de 1441 metros, es la cumbre más alta del macizo y de la demarcación de Tarragona, con una vista privilegiada que abarca en días claros aireados por el mistral, desde los Pirineos, al norte, hasta las islas Baleares, por levante. Sus cumbres se blanquean cada invierno con alguna nevada ocasional.
Desde las poblaciones de Horta de Sant Joan hasta la Pobla de Benifassà y desde Beseit hasta Tortosa, Els Ports son, por su relieve y sus paisajes agrestes y solitarios, por sus extensas masas forestales y por la variada y rica fauna que los habita, una de las áreas de montaña mediterránea más interesantes de la Península. Entre las especies más remarcables hemos de citar la cabra montés, símbolo de Els Ports, que motivó la declaración de dicho paraje Reserva Nacional de Caza. También destacan en él aves como el buitre, el águila real, el águila perdicera o el nocturno búho real, así como muchísimas especies de aves forestales. Entre los mamíferos, el esquivo gato montés, la ardilla, o la nutria y el cangrejo de río, que todavía se esconden en los ríos de aguas cristalinas como el Ulldemó, el Algars o el Matarranya, en los nadan que también diversas especies de peces.
Tierra de pinares, de pino negro y pino rojo, con robledos y encinares. Todos estos bosques y las zonas culminares, sometidas a fuertes vientos y consecuentemente más desnudas de vegetación, incluyen también muchas especies vegetales raras o endémicas. Los riscos y cañones guardan saltos de agua como los de Barber, Cantavella, los Ullals o la Caramella, profundos barrancos y ollas, además de numerosos escondrijos en cuevas y valles.
Caprichos de un paisaje sorprendente y salvaje que cautivará a viajeros y montañeros. En los Ports podemos disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. La alta montaña a nuestra disposición, rocas desnudas, redondeadas y pulidas que sin duda nos transmitirán muchas y diferentes sensaciones. Perdernos por sus rincones tranquilizará nuestro espíritu y nos permitirá tomar contacto con nuestras raíces.
Las Montañas de Prades son un extenso conjunto montañoso de 260 km2 que se eleva súbitamente al norte de la llanura del Camp de Tarragona. Abarcan territorio de cuatro comarcas: Baix Camp, Alt Camp, Conca de Barberà y Priorat.
Se trata de un excelente ejemplo de montaña mediterránea, dominada por un relieve tabular, con elevadas calmas -como los Motllats- rotas por riscos y barrancos construidos sobre una geología compleja, con materiales tan sorprendentes como el gres rojo y las calcáreas blancas de sus riscos, o los granitos y esquistos de algunas laderas, además de profundas cuevas y simas. En estas montañas nacen diversos ríos importantes, tales como el Francolí, el Brugent, el Siurana y la Glorieta, nutridos por una pluviometría relativamente elevada y con bastantes rieras que se dirigen hacia el Camp de Tarragona.
Su riqueza natural radica en la gran extensión de sus bosques, con grandes encinares y pinares de pino blanco en las partes bajas y de pino rojo en las partes altas. También hay numerosas extensiones de robledos, entre las que cabe destacar la robleda de roble rebollo, única en Cataluña, y que se extiende alrededor de la loma de la Baltasana, la cima más alta de estas montañas con una altitud de 1201 m. En zonas altas o sombrías son comunes el acebo y el tejo, especies vegetales protegidas, además de otras especies propias de zonas más frías y húmedas que encuentran en estos lugares sus reductos más meridionales.
Diversas fuentes y riachuelos alimentan estos bosques en los que habitan el gato montés, la ardilla, la musaraña común, el jabalí o la comadreja, y muchos pájaros forestales como el azor, el gavilán, el búho chico o los pequeños herrerillos. Dominando las alturas se puede distinguir al águila real, al águila perdicera e incluso al halcón peregrino.
Bosques autóctonos llenos de vida que han perdurado inalterables con el paso del tiempo, el corazón de las montañas de Prades todavía palpita y nos traslada a restos todavía visibles del antiguo empedrado de caminos tradicionales que el hombre utilizaba. Vistas increíbles y mil rincones por descubrir que crean ambientes y espacios difíciles de comparar.
En el interior de la comarca del Priorat, y visibles desde cualquiera de las cimas de las sierras más litorales, pueden distinguirse los imponentes relieves de la Serra del Montsant, «Montaña de la Paz», que desde el siglo XII acoge a sus pies la Cartuja de Scala Dei y alcanza en la roca Corbatera su máxima altitud (1163 m). La Serra de la Llena, entre la Conca de Barberà y las Garrigues, sirve de pasillo natural entre el Montsant y las montañas más orientales de Prades.
La Serra del Montsant, con casi 20 km de longitud, está formada por altísimos riscos coronados por bloques redondeados de conglomerados, austeras formaciones rocosas que esconden, a pesar de la aparente falta de bosque, plantas rarísimas y todo tipo de formas de vida. Resulta necesario buscar sendas, grutas, ermitas y barrancos para observar la fauna y flora de esta montaña alejada y salvaje.
La cara sur de la montaña, más seca y afectada por incendios seculares, acoge todo tipo de plantas aromáticas y puede teñirse sorprendentemente de vivos colores en otoño, tanto por los cultivos de viña situados en su base, como por los árboles caducifolios que nacen en las grietas de los riscos. La cara norte esconde encinares, robledales y pinedas de pino rojo. Las cimas y crestas, castigadas por el viento, incluyen muchísimas especies vegetales interesantes, como diversas orquídeas, el sauce de roca las magníficas peonías. En total, podemos encontrar más de un millar de especies de plantas superiores.
El aislamiento de la sierra ha favorecido la subsistencia de numerosas especies de fauna sensibles a la presencia humana. Destacan las aves rupícolas, que necesitan riscos y zonas rocosas para anidar y, entre ellas, las amenazadas águila real y águila perdicera, u otras más humildes como el mirlo azul, el roquero rojo, la collalba negra o el vencejo real. Para finalizar, conviene citar la importancia del río Montsant y algunos barrancos tributarios como refugio de peces y mamíferos propios de los ríos mediterráneos.
Esta es la montaña más emblemática de las comarcas de Tarragona. La mayor parte de estas montañas sólo son accesibles a pié i esta seguramente es una de las razones por las cuales parece que en este espacio natural el tiempo se para. Es un símbolo de reflexión, de austeridad y en ellas sólo encontraremos ermitas y silencio.
Cómo llegar a Costa Daurada
En tren
Los trenes de largo recorrido unen Tarragona con Valencia, Andalucía, Madrid y Francia. Delante de la estación hay una parada de la línea 2 de autobuses urbanos (con parada en la Plaça de la Imperial Tárraco-y, una parada de taxis.
Dónde alojarse en Costa Daurada
Hotel Ciutat De Tarragona
Imperial Tarraco, 5. Tarragona
Dónde comer en Costa Daurada
Restaurante Aq
Les Coques 7 , 43003 – Tarragona – Teléfono 977215954
Más información sobre Costa Daurada
AJUNTAMENT DE TARRAGONA
Plaça de la Font, 1 – 43003 Tarragona
Tel: 977 296 100
E-mail: ajuntament@tarragona.cat
Nuestro agradecimiento al PATRONAT DE TURISME DE LA DIPUTACIÓ DE TARRAGONA