Desde uno de los bares modernistas más antiguos de la ciudad, al 7º mejor bar del mundo. El Raval es el barrio que alberga el abanico más amplio, ecléctico y diverso de bares y coctelerías de la ciudad condal. De hecho, solo en la popular calle Joaquim Costa podemos disfrutar de una docena de bares y coctelerías tan eclécticas como lo premiado Two Schmucks (el n.º 7 del prestigioso listado The World’s 50 Best Bar), o Casa Almirall, un bar del año 1863 que conserva todavía vestigios de su pasado modernista.
Y es que, según los portavoces del Eix Comercial del Raval, “el barrio concentra locales para todos los gustos, para todos los clientes, pero sobre todo, negocios que cautivan al barcelonés, aquel que quiere compartir y pasar buenos ratos con los suyos”. De hecho, una de las características de este barrio es el carácter de sus locales, en manos de barceloneses de nacimiento y de adopción que sienten muy suya la ciudad y que “hacen barrio”. Y es que, en toda la zona no hay ni grandes multinacionales de fast food, ni establecimientos clonados unos a los otros.
De los bares de moda, a los del Modernismo
Entre todos los locales de copas del Raval, destaca Two Schmucks (Joaquim Costa, 52), uno de los mejores bares del mundo según The World’s 50 Best Bar. Un bar canalla y con carácter, abierto en 2017. Construido con materiales reciclados, el bar ofrece un ambiente relajado y con encanto, con vibraciones punks e irreverentes. Un desorden intencionado que no desluce, sin embargo, un servicio excelente, profesional y atento. Un lugar perfecto para disfrutar de copas desenfadadas, una carta que cambia constantemente, y que sorprende por su creatividad. Incluso, muchas de estas copas están inspiradas en historias personales, como el cóctel de ensalada de pepino que elaboró Pom Modeste recordando una mala experiencia con esta hortaliza en su infancia.
De hecho, el éxito del bar hizo que en la misma calle abrieran también dos hermanos pequeños: Fat Schmuck con una fantástica oferta de suculentos brunchs y cócteles -también para disfrutar en su terraza-, y Lucky Schmuck, con la mejor cerveza artesana del barrio.
Este mes de febrero acaba de abrir la sede barcelonesa de otro de los mejores bares del mundo, el Dead End Paradise de Beirut. Jad Ballout, Xin Lin y Andre Gerges reconstruyeron y erigieron el popular bar de las cenizas de la gran explosión que arrasó Beirut en el 2020. Bajo el mismo lema de la casa madre, “solo diversión, sin tonterías”, llegan al corazón del Raval, a la calle de Valldonzella, 30.
Y de los más modernos y premiados, a uno de los más antiguos. Casa Almirall (Joaquim Costa, 33) data del 1865. Desde esta fecha el local ha sido punto de encuentro de barceloneses y barcelonesas que buscan un rincón para tomar un café, un vino o un vermut. Su decoración centenaria evoca el ambiente tranquilo y bohemio del siglo XIX, ofreciendo un espacio armónico y sugerente. El bar, sin embargo, consta de dos ambientes separados. El primero, con su decoración original. El segundo, con mesas bajas, butacas y cojines, fruto de la adaptación de la vieja trastienda efectuada en 1977.
En el Raval también encontramos el bar más antiguo de Barcelona, el Marsella (Sant Pau, 65), que data de 1820, y que se mantiene en manos de la familia Lamiel desde hace tres generaciones. Gaudí, Picasso, Dalí, Hemingway lo frecuentaban, y prácticamente como ellos los vieron lo podemos disfrutar hoy día, puesto que el local mantiene el espíritu bohemio con el que nació: del techo todavía cuelgan las luces de la época, hay botellas seculares cubiertas de polvo sólido, y los espejos todavía reflejan a los clientes atraídos por la fama y para ser considerado “el templo de la absenta”.
Míticos, históricos, clásicos…
Pero el Raval, y más en concreto la calle Joaquim Costa, reúne mucho más. Bares míticos como El Olímpic (Joaquim Costa, 25), con su decoración vintage y su oferta moderna y de barrio; clásicos, como el Negroni (Joaquim Costa, 46), ideal para los amantes de la coctelería de toda la vida; los de toda la vida donde beber y comer como casa, como la Bodega Berlanga (Joaquim Costa, 39) o La Parra (Joaquim Costa, 48); y los que nos trasladan más allá de nuestras fronteras, como el 33/45 (Joaquim Costa, 4), especialistas en sabores mexicanos; Pantera Mambo (Joaquim Costa, 39), el epicentro del mezcal y la música latina; o Betty Ford’s (Joaquim Costa, 56), el bar de referencia para los que quieren probar el mejor chili y un buen cóctel.
Bares y establecimientos que llenan de vida y de eclecticismo un barrio históricamente popular, a pesar de que no siempre ha sido así. Cuando Barcelona era una ciudad atrapada dentro de sus murallas en el Raval abundaban los conventos y los huertos. No fue hasta el s. XIX cuando se establecen las primeras fábricas y los obreros empiezan a conformar el carácter de barrio que hoy todavía perdura, y que sus vecinos reivindican. “En el Raval, los bares y establecimientos ‘hacemos barrio’, aportamos vida y diversidad, porque todos los locales son únicos, con personalidad, no tenemos ni franquicias ni multinacionales. Somos un barrio donde apostamos por la autenticidad”, según los portavoces del Eix Comercial del Raval.
