Edimburgo cautiva a todos los que vienen a verla. En pleno corazón de la ciudad se eleva un palacio medieval y un castillo encaramado sobre la cima de un peñón, que guarda todas las trazas de un pasado sombrío y tormentoso. En esta encantadora ciudad inscrita en la lista del patrimonio mundial, las calles resuenan los mitos y las leyendas venidos de la noche de los tiempos.
Edimburgo es el lugar que ha inspirado a muchos novelistas personajes inolvidables como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Sherlock Holmes o también Harry Potter. Edimburgo sabe sacar el mayor partido a la magia de su entorno organizando festivales a lo largo del año, empezando por el Año Nuevo.
Incluso si ya ha estado en Edimburgo, es buena idea empezar por una visita de la ciudad a bordo de un autobús de dos pisos para orientarse y saber dónde están las diferentes atracciones. Las visitas con guía en autobús siguen un itinerario que atraviesa la ciudad vieja medieval (Old Town) y la ciudad nueva del siglo XVIII (New Town) y siempre podrá volver al punto de partida. La parte alta del Royal Mile es un lugar perfecto para empezar a explorar la ciudad a pie. El castillo de Edimburgo es la atracción más importante de Escocia y sin lugar a dudas se merece una visita.
Si bien también hay que ir a ver las joyas de la corona escocesa y la piedra del Destino, trate asimismo de pasarse por el cementerio de perros (Dogs’ Cemetery), dedicado al recuerdo del mejor amigo del hombre y del soldado. Sin duda alguna, es desde las murallas del castillo de donde mejor se ve Edimburgo dado que es el punto más elevado de la ciudad.
Del otro lado de la explanada del castillo, donde todos los años se celebra el desfile Military Tattoo, está The Spirit of the Tattoo, un nuevo centro de información gratuito que le hará descubrir la historia del Military Tattoo dándole una idea del ambiente mágico que rodea al acontecimiento. Muy cerca, el Scotch Whisky Heritage Centre (museo del whisky escocés) le revelará el secreto de la bebida nacional de Escocia. Tras la degustación gratuita al final de la visita, podrá comer en el restaurante escocés Amber que está en el sótano.
Cuando haya repuesto las fuerzas, podrá continuar a pie por el Royal Mile, donde encontrará varios museos y centros de información que tratan de asuntos tan variados como la fabricación de tejidos y los juguetes infantiles, o podrá volver al autobús turístico para ir al palacio de Holyroodhouse y al Parlamento escocés o ir a deambular por las tiendas y galerías de arte de Princess Street.
Por la noche, aprovéchese de la visita literaria por los pubs de Edimburgo (Edinburgh Literary Pub Tour) para tomarse unas copas al mismo tiempo que se cultiva, antes de ir a cenar a uno de los restaurantes o cafeterías íntimas de la ciudad vieja.
La ciudad de Edimburgo está rodeada de colinas que le proporcionan excelentes puntos panorámicos así como una buena dosis de ejercicio. Si el volcán apagado del parque de Holyrood está más allá de sus fuerzas, Calton Hill, cerca de Princess Street, estará sin duda más al alcance. Aquí es donde debía de haberse erigido el monumento nacional de Escocia, pero como la ciudad ya no tenía dinero solo se acabaron las columnas, lo que le ha valido el nombre de “la vergüenza de Edimburgo”. No dude en escalar hasta la cima de la colina para ver de más cerca el monumento de Nelson con forma de telescopio. La bola que hay encima de la flecha cae exactamente en el momento en que el cañón relojero (One O’Clock Gun) retumba desde lo alto del castillo.
Quédese en la zona verde por la tarde haciendo una visita al jardín botánico real, a los invernaderos que acaban de ser remodelados, a las exposiciones y a todo un mundo colorido de plantas y arbustos. Aquí es donde vienen los habitantes de Edimburgo a recobrar fuerzas y a tomarse un té vigorizante. Por la noche, pruebe uno de los pubs tradicionales de Leith donde podrá degustar los platos de pescado frescos del día y admirar la vista del río Water of Leith.
Edimburgo tiene costumbres y tradiciones muy suyas, que marcan la diferencia
Ir de tiendas los siete días de la semana. Puede resultar difícil encontrar el equilibrio entre hacer turismo y compras si solo viene a pasar unos días. Afortunadamente, las zonas comerciales y las principales tiendas de Edimburgo están abiertas los domingos a partir de las 11 o del mediodía. Los jueves, las tiendas suelen cerrar más tarde, a las 19 ó 20 horas.
Y durante el mes anterior a las Navidades muchas tiendas están abiertas más tiempo. En los barrios más turísticos, muchas tiendas están abiertas hasta más tarde en los meses de verano. Algunos supermercados están abiertos las 24 horas. Horario de apertura: de lunes a sábado de 9 a 17.30/18.00 horas, los domingos de 12 a 16 horas. ¡Felices compras!
El brunch (desayuno-almuerzo) del fin de semana. El plato tradicional del domingo en Edimburgo ha cedido su sitio a las comidas más ligeras con la familia y los amigos, o con el periódico del domingo, en los restaurantes y cafeterías de la ciudad. Haga como los lugareños y vaya a comer a sus sitios preferidos, como The Olive Branch Bistro en Broughton Street, The Gallery Restaurant en el Mound, con vistas de los jardines de Princes Street (también ofrecen la comida tradicional del domingo), o también al Circus Café en North West Circus Place.
Mercados locales. Tiene la posibilidad de ver una verdadera estampa de la vida de Glasgow todos los fines de semana cerca de Glasgow Cross: ahí, alrededor de 1000 vendedores y 150 comerciantes se dan cita en el mercado de Barras.
El mercado abre de 9 a 17 horas los sábados y domingos alrededor de la antigua sala de baile Barrowland Ballroom (que hoy en día es una importante sala de conciertos de rock). Encontrará casi de todo entre las curiosidades que se ofrecen, pero vaya temprano ¡si quiere hacer negocio!
Fish and chips. A pesar de la creciente popularidad de otros platos más exóticos, el fish and chips (pescado y patatas fritas) sigue siendo la comida para llevar preferida de Escocia y Reino Unido. Que sea bacalao, abadejo, platija o incluso lenguado, hay que comerse un fish and chips por lo menos una vez en la vida. En Edimburgo es el único sitio donde oirá “¿Sal y salsa?” al pedirlo; en el resto del país, normalmente la pregunta será “¿Sal y vinagre?”.
El ketchup y las salsas marrones son inevitables y, para que sea aún más escocés, puede acompañarlo todo con un Irn Bru, la otra bebida tradicional de Escocia. Para comerse el mejor fish and chips de la ciudad, vaya a L’Aquila Bianca, en Raeburn Place, que obtuvo una medalla a la calidad por la organización Seafish Industry.
Desplazarse en autobús por Edimburgo. Edimburgo ofrece una red de autobuses permanente con desplazamientos frecuentes por todo Edimburgo y las Lothians; es el medio ideal y barato de desplazarse por la ciudad y sus alrededores.
Las compañías de autobuses de la región ofrecen abonos de un día para desplazarse sin límite por Edimburgo y los alrededores. Puede comprar estos abonos, así como billetes sueltos, al conductor del autobús; pero acuérdese que no devuelven cambio y que, por lo tanto, deberá tener el precio exacto.
También puede admirar la ciudad a bordo de uno de los muchos autobuses turísticos de Edimburgo, comprando los billetes en la oficina de turismo (Tourist Information Centre) situada en 3 Princes Street o en Waverley Bridge, de donde salen las visitas con guía en autobús.
Si desea aventurarse a ir más lejos, podrá comprar con antelación los billetes de autobús que parten a distintos destinos del Reino Unido y Escocia. Para ello, vaya a la estación de autobuses St Andrew Square. Si tiene que ir al aeropuerto, hay un servicio rápido y regular que une Waverley Bridge con el aeropuerto de Edimburgo, con paradas en el trayecto.
Nuestro agradecimiento a la Oficina Nacional de Turismo de Escocia