Henri Cartier-Bresson (1908 – 2004) fue un célebre fotógrafo francés considerado por muchos el padre del fotoreportaje. Predicó siempre con la idea de atrapar el instante decisivo, versión traducida de sus «images à la sauvette», que vienen a significar con más precisión «imágenes a hurtadillas». Se trataba, pues, de poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo momento en el que se desarrolla el clímax de una acción.
A lo largo de su carrera, tuvo la oportunidad de retratar a personajes de la talla de Pablo Picasso, Henri Matisse, Marie Curie, Édith Piaf, Fidel Castro y Ernesto Guevara. También cubrió importantes eventos, como la muerte de Gandhi, la Guerra Civil Española, donde filmó el documental sobre el bando republicano «Victorie de la vie», la SGM, en la que estuvo en la Unidad de Cine y Fotografía del ejército galo o la entrada triunfal de Mao Zedong a Pekín. Cartier-Bresson fue el primer periodista occidental que pudo visitar la Unión Soviética tras la muerte de Iósif Stalin.
Su obra fue expuesta, en el museo del Louvre, en París, en 1955. Fue cofundador de la agencia Magnum. Junto a su esposa, la también fotógrafa Martine Frank, creó en el año 2000 una fundación encargada de reunir sus mejores obras, situada en el barrio parisino de Montparnasse. Falleció el 2 de agosto de 2004 en Céreste, al suroeste de Francia.
En 2003, Heinz Bütler dirigió la película suiza Henri Cartier-Bresson – Biographie eines Blicks, documental biográfico interpretado por el propio Cartier-Bresson además de Isabelle Huppert, entre otros. Para algunos, Cartier-Bresson es una figura mítica en la fotografía del siglo XX. Uno de sus mejores biógrafos (Pierre Assouline) lo apelaría como «el ojo del siglo». En el año 1983 recibió el Premio internacional de la fundación Hasselblad.