De entre los numerosos enclaves góticos de los que presume Palma, quizá el Castillo de Bellver sea el que mejor encabece este estilo, presente en cada uno de sus detalles. La Casa Real mallorquina fue quien decidió levantar esta emblemática construcción en 1.300, con el fin de contar con una edificación defensiva que hiciera las veces de residencia real.
Hoy, más de 700 años después, el Castillo de Bellver es motivo de paso imprescindible para quien visita Palma, con visitas guiadas en múltiples idiomas y con posibilidad de recorrerlo en grupos de hasta 20 personas. Una interesante forma de conocer los orígenes de la capital balear, que incluye opciones de visita para los más pequeños de la casa.
El Castillo de Bellver: bucear en los orígenes de Palma
Con diferentes opciones para grupos, las visitas guiadas al castillo de Bellver suponen un completo prólogo para conocer la capital balear y sacarle el máximo partido. Para grupos reducidos (mínimo 5 personas y un máximo de 20) existe la posibilidad de recorrer el castillo junto a un informador turístico. Una visita de media hora que puede realizarse de martes a sábado en inglés y en castellano y de martes a viernes en catalán. Para estas visitas guiadas la reserva se puede realizar el mismo día en la oficina de información del castillo.
Para los que opten por conocer el castillo en grupos más amplios (mínimo de 10 personas y máximo permitido de 20), la visita es de una hora de duración y también con posibilidad de hacerla en catalán, castellano o inglés. Para esta ruta, la subida a la famosa torre del Homenaje solo permite un máximo de 15 personas. De 33 metros de altura, esta torre es la parte más característica del edificio, y en su día fue el último reducto del castillo en momentos de asedio.
Un puente sostenido por un doble arco apuntado constituye el acceso a esta torre desde la terraza superior del castillo, que en el pasado contaba con el llamado castellano (responsable de la fortaleza) que para mostrar su fidelidad al rey o a su señor, realizaba el juramento en la conocida Ceremonia del Homenaje. De aquellos hitos ha heredado la famosa torre este nombre, una historia llena de anécdotas que pueden conocerse de primera mano a través de estas visitas guiadas.
Aunque el exterior del castillo es todo un homenaje a las fortalezas defensivas medievales, su interior cuenta con estancias dignas de las casas reales más sofisticadas, con bóvedas de crucería, arcos ojivales y constantes guiños al estilo gótico, presente tanto en las salas oficiales donde se recibía a los invitados como en las dependencias privadas.
Unas visitas adaptadas también para los más pequeños de la casa. A través del programa Palma Educa, diversos monitores ofrecen un paseo por el castillo que acompañan con una serie de materiales didácticos. Una iniciativa que forma parte del programa Palma Ciutat Educativa, y que incluye actividades paralelas como una muestra de teatro escolar o exposiciones de literatura y foto juvenil.