El nombre de Cartago está cargado de historia. Fundada por una princesa fenicia, conocida con el nombre de Dido, esta ciudad de la antigüedad, cuyas Guerras Púnicas han marcado la historia, fue poderosa enemiga de los griegos y posteriormente de Roma. El lugar donde Cartago se alzó, en parte cubierto por la ciudad moderna, sigue impregnado del recuerdo de su gloria pasada.
Cartago fue también una civilización refinada, comerciante, abierta a las otras culturas de la cuenca mediterránea. Su emplazamiento sigue conservando vestigios como: el «Tophet», santuario cubierto de estelas, barrios residenciales con sus casas bien ideadas y cómodas, los puertos púnicos, símbolo del poder marítimo de esta ciudad que se vio devastada durante la conquista romana por un gigantesco incendio del que aún se pueden encontrar huellas. El Museo Nacional de Cartago exhibe un sinfín de estelas grabadas, estatuas, amuletos y otros recuerdos de esta Cartago de antes de 1a conquista romana.
Conquistada y luego reconstruida, Cartago tuvo una segunda vida. ciudad romana ejemplar, sus monumentos casi igualaban por sus dimensiones y esplendor a los de la primera metrópoli: las Termas de Antonino, de las cuales han sobrevivido los increíbles subterráneos y algunas columnas de altura vertiginosa, el teatro que se anima cada verano durante el festival… Los vestigios de las villas, las estatuas y los mosaicos expuestos en el Museo evocan una vida fastuosa y de placeres, mientras que los restos de Damous El Karita, la enorme catedral, recuerdan la precoz adhesión de la África romana al cristianismo.
Los episodios históricos de Cartago pasaron por las batallas producidas con motivo de la Octava Cruzada en la que murió el rey francés Luis IX en el año 1270, con la conquista por parte del pirata Barbarroja, o la invasión de las tropas españolas de Carlos V. Desde el Imperio Otomano a las tropas de Napoleón y de las alemanas de Hitler, tanta Historia escritas sobre su suele han servido para que Cartago sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los habitantes originarios de Túnez fueron los beréberes, seguidos por los colonos y mercaderes de toda la cuenca mediterránea. A lo largo de los siglos, fenicios, romanos, bizantinos y visigodos, colonizadores y comerciantes se entremezclaron con la población. Sin embargo fueron los Árabes quien, a partir del siglo VII, ejercieron la máxima influencia y se establecieron permanentemente. Las tribus beduinas del este llegaron en el siglo XI, y más tarde, reforzaron el idioma árabe y la religión musulmana.
Los beréberes, en principio, se resistieron a la asimilación y se retiraron en las montañas, la isla de Djerba, y las regiones áridas del sur, detrás de sus fortalezas: los ksars. Siglos de matrimonios mixtos e intereses comerciales pusieron fin a su aislamiento.
El tunecino de hoy, residente en Cartago, campesino, habitante del desierto o de las montañas es orgulloso de su «identidad», un compuesto de varias influencias y civilizaciones. Conscientes de su herencia histórica, los tunecinos, dan, hoy en día, muestras de un interés genuino y respeto hacia los demás, evidenciados en su moderación, tolerancia y hospitalidad. El árabe y el francés, son los idiomas de más uso. Con los nuevos sistemas de educación, varios idiomas más se enseñan hoy en día en las escuelas, de ahí que cada vez más, le sorprenderá la habilidad que tiene el tunecino para hacerse entender en cualquier otro idioma.
Las costas de Cartago son plurales y se extienden desde el puerto de la Goulette, marcado por su fuerte español hasta las dunas y playas infinitas de Gammarth, en la zona norte de Túnez Capital. Son 25 kilómetros de litoral, que reúnen todos los placeres que el mar puede ofrecer y cuentan con una diversidad de emplazamientos y riberas, que van desde una variada oferta de hoteles, clubes de vacaciones o palacios; hoteles de turismo, seminarios y congresos; puerto de pesca y de recreo de Sidi Bou Said hasta los complejos náuticos de Gammarth.
Las costas de Cartago son emplazamientos cuyo cuidado del entorno es sagrado; los bosques de pinos y mimosas son el broche natural de una arquitectura respetuosa con el entorno. Aquí la comunión entre la naturaleza y la salud en todos los nuevos centros de talasoterapia y de mantenimiento, es perfecta. En cuanto empieza el buen tiempo, un aire festivo anima las terrazas de la costa, ya que la zona goza de la más amplia variedad de cafés y restaurantes de todo Túnez.
La región de las costas de Cartago es rica en posibilidades deportivas que hacen las delicias tanto de los aficionados como de los profesionales A parte de la infraestructura balnearia, un campo de golf, un Centro de equitación, numerosas pistas de tenis, de squash y de bowling, el puerto de recreo de Sidi Bou Said, ofrecen a los aficionados a las vacaciones deportivas un amplia abanico de prestaciones de gran calidad. Los hoteles de Cartago ofrecen un abanico de ocio y animación de lo más seductor para turistas, hombres de negocio o viajes de incentivos y/o congresos. Cine, teatro, música, baile, variedades: las numerosas fiestas y festivales se suceden a lo largo de todo el año y a todo lo ancho de las Costas de Cartago, en particular en el anfiteatro romano y en el Acropolium.
Casino, centros comerciales, galerías de arte, numerosas discotecas (algunas al aire libre), el parque de atracciones a orillas del lago, iluminan la noche con las luces de sus tiovivos y su gran noria… Las Costas de Cartago son con toda seguridad, costas festivas y repletas de vida.
El centro histórico de Cartago es una «ciudad en ruinas», es cierto y en la mayoría de las atracciones turísticas tendremos que dejar volar la imaginación para volver la vista atrás en el tiempo. Pero un viaje a una ciudad milenaria, herida por tantas guerras, es normal que a veces sea decepcionante. Por eso, es importante viajar a Cartago con una idea bien clara, no vamos a ver edificios en pie de primera magnitud. Vamos a dar un paseo por la Historia.
Recordar que en Cartago es imprescindible visitar el Templo de Tophet, de origen fenicio, los Puertos Púnicos, el Quartier Magon, que todavía alberga ruinas de casas romanas, las Termas de Antonino, casi intactas y tal cual como en su mejor época, el Teatro Adriano, que celebra conciertos, las Villas romanas que muestran vistas impactantes de la ciudad, algunos vestigios del estilo de construcción de aquellos siglos detalles arquitectónicos y decorativos increíbles, el Anfiteatro des Martrys y el Circo Romano.
Cómo llegar
Situado en el norte del continente africano, en la confluencia de las cuencas oriental y occidental, Túnez, se encuentra a solo 140 Km. de Europa por el estrecho de Sicilia. Túnez es el país más pequeño del Magreb con una superficie total de 162.155 Km2 (incluidas las islas Kerkennah y Djerba) lo que supone menos de un tercio de España. En sus 1.298 Km. de costa se encuentra la mayor parte de la población.
La mayoría de los turistas llegan en avión. Los principales aeropuertos para vuelos internacionales son los de Túnez-Cartago, Monastir y Jerba, mientras que Tozeur y Tabarka sólo reciben algún que otro vuelo. Tunisair posee una gran variedad de destinos procedentes de Europa, Oriente Próximo y el norte de África, pero no existen vuelos directos desde América, Asia y Oceanía.
La cocina tunecina, rica y variada, además de sus origines beréberes, ha sabido integrar las influencias árabes, otomanas (turcas) y europeas, especialmente italiana. Aunque existen diferencias entre las especialidades de cada región, en general se ha mantenido el sello característico de la cocina mediterránea (a base de aceite de oliva, verduras, carne, de cordero principalmente, y pescado).
En general, la comida tunecina es bastante condimentada, no obstante en los hoteles y restaurantes, los platos típicos están preparados a gusto de los turistas. Como postre, le aconsejamos unos pastelitos hechos, en su mayoría, a base de almendras y miel. A algunos, se les añade pistacho y agua de azahar. La bebida nacional en Tónez, es el té a la menta, que se le servirá en varios sitios, como muestra de cortesía.
Se encuentran también, unos buenos vinos de mesa, productos en su mayoría de la región del Cabo Bueno. Los licores típicos son: La Thibarine, licor de dátiles y plantas aromáticas, y la boukha (pronunciar buja), a base de higos.
Nuestro agradecimiento a la Oficina Nacional de Turismo de Túnez