Desde hace siglos, Belorado, una localidad de unos 1.800 habitantes al este de la provincia de Burgos, está ligada al Camino de Santiago. Los peregrinos que la atraviesan se encuentran un patrimonio religioso, civil y natural muy interesante que incluye iglesias, conventos, ermitas, casas blasonadas, una plaza mayor porticada y un entorno muy agradable, en las faldas de la sierra de la Demanda y junto al río Tirón.
Más allá de sus monumentos y su paisaje, el municipio esconde algunas sorpresas para aquellos que quieran dedicarle más tiempo: hay un museo de radiocomunicación en un silo, minas, cuevas visigóticas, un tesoro espeleológico, una exposición etnográfica en un molino y una ruta de arte urbano con murales vinculados a las tradiciones beliforanas, a su patrimonio y al Camino de Santiago.
Un museo de radiocomunicación en un antiguo silo
Es un lugar único. El museo internacional de radiocomunicación Inocencio Bocanegra expone una colección de equipos de radiocomunicación que hicieron historia y recrea, con piezas originales y decorados, algunos de los espacios del siglo XX donde esta tecnología fue fundamental. Todo esto, en un silo de grano de la Red Nacional de Cereales perfectamente restaurado.
A lo largo de su vida, el industrial Inocencio Bocanegra coleccionó cientos de equipos de radiocomunicación de todo tipo: científicos, náuticos, aéreos, militares… Aparatos que hicieron historia en diferentes momentos del siglo XX y que se pueden ver hoy en este museo.
Allí se guardan, por ejemplo, el modelo con el que se anunció la ofensiva de Pearl Harbor en la II Guerra Mundial, el receptor que iba a bordo del Enola Gay el día del ataque atómico sobre Hiroshima, materiales utilizados durante las incursiones del ser humano al espacio y en las expediciones al Polo Sur, equipos de espionaje de la Guerra Fría e incluso uno de los equipos de control marítimo del Canal de Suez.
El espacio aporta, además, contexto. En el silo se incluyen una serie de decorados y de objetos importantes para la historia de las radiocomunicaciones, como las recreaciones de una parte del Titanic, de una trinchera de la Primera Guerra Mundial o del Checkpoint Charlie de Berlín, un carro de Combate M-60 Patton A3TTS o una base americana en Vietnam con un helicóptero Bell HU-10.
El molino de San Miguel del Pedroso, reconvertido en museo etnográfico
El museo etnográfico del molino de San Miguel de Pedroso reúne los objetos y los materiales usados por los vecinos a lo largo del tiempo y ofrece, a la vez, información sobre la flora y la fauna de la zona. Un auténtico viaje al pasado, a las tradiciones y a los modos de vida de los beliforanos.
Más allá de la colección que alberga, este antiguo molino harinero, ubicado en la pedanía de San Miguel del Pedroso, se ha convertido en uno de los tesoros industriales del municipio. Tras siglos y siglos en marcha, sigue funcionando gracias a la labor de la asociación El Priorato, que decidió restaurarlo hace unas décadas.
Actualmente, se le considera el molino más antiguo en funcionamiento de Castilla y León ya que su origen está relacionado con la construcción de un convento de monjas en el siglo X.
Un viaje al pasado minero de la zona en el complejo minero de Puras de Villafranca
En Puras de Villafranca, una pedanía de Belorado, se halla la única explotación minera de montaña visitable en España. De aquí se estuvo extrayendo manganeso durante más de un siglo, un material muy apreciado para endurecer el acero. A día de hoy, el yacimiento está declarado Bien de Interés Cultural.
La visita permite sentirse como uno de aquellos mineros que, a mediados del siglo XIX, trabajaban aquí: descubrir su día a día, las herramientas que usaban, los procesos a los que se sometía el manganeso o incluso los usos que tuvo. Como curiosidad, para el acero del Titanic se utilizó el manganeso de Puras.
Las minas, el molino y el silo forman un proyecto que se conoce como Ruta 44. Su nombre pone de relieve varias coincidencias: el apogeo de las minas se produjo en 1844 y su manganeso se utilizó para construir el Titanic, que (casualidad) zarpó del muelle 44 del puerto Southampton. Además, en 1944 se restauraron el molino y la fragua de San Miguel y también el silo pasó a formar parte de la Red Nacional de Cereal.
El interior de la Tierra en la Cueva de Fuentemolinos
Más allá de las minas, en Puras de Villafranca, es posible hacer otro viaje al interior de la Tierra gracias a la Cueva de Fuentemolinos. Esta gruta, que se desarrolla en una masa de conglomerados calcáreos del Oligoceno, es uno de los grandes tesoros espeleológicos de la provincia de Burgos. Tiene más de cuatro kilómetros de longitud y es la sexta cueva del mundo de su tipo.
La visita es una auténtica aventura subterránea que permite apreciar la belleza de formaciones geológicas como coladas, estalactitas, estalagmitas, columnas, gours…
Murales en el Paseo del Arte
Las fachadas de Belorado están llenas de arte gracias a sus murales. Los hay de todo tipo: ligados a la tradición del Camino de Santiago; otros que representan a personajes históricos como Alfonso I El Batallador, quien otorgó el fuero a Belorado; algunos inspirados en tradiciones y profesiones como el dedicado al oficio de zapateros o el que representa el tradicional juego de bolos beliforano, un deporte practicado por las vecinas desde la Edad Media…
No basta con haberlos visto una vez, ya que cada año la propuesta se amplía. Por ejemplo, en 2021, se han incluido una pintura sobre el Pacto de Estado Contra La Violencia De Género y dos murales del artista local Ángel Orózco. Además, se ha restaurado uno del Camino que ahora representa el Año Jacobeo 2021. Unas obras que pueden descubrirse por libre o siguiendo la ruta «Paseo del Arte».
Un Paseo del Ánimo para animar a los peregrinos
Más allá de descubrir el patrimonio ligado al Camino de Santiago, Belorado ofrece a los peregrinos una experiencia muy singular: el Paseo del Ánimo. Esta iniciativa, única en el Camino, consiste en un mosaico de baldosas de bronce que se distribuye por la ruta jacobea de la localidad.
Las baldosas representan huellas y firmas de peregrinos anónimos, de impulsores del Camino y de personajes relevantes para la sociedad. En definitiva, un homenaje a todos los que pasan por Belorado rumbo a Santiago.