Alzira es una ciudad de la provincia de Valencia, en la Comunidad Valenciana (España). Capital de la Ribera Alta del Júcar, se ha consolidado como un importante núcleo industrial y comercial. Alberga fábricas y numerosas empresas de varios sectores. Ahora, además, Alzira pretende dar a conocer todos sus encantos turísticos, olvidados por muchos desde hace demasiado tiempo.
Alzira es muy conocida en España por su Semana Santa. Estas fiestas se han declarado como Fiestas de interés turístico nacional. Originaria del siglo XVI, la dimensión de las celebraciones trasciende más allá de la ciudad, despertando gran expectación el montaje de doseles que representan las escenas bíblicas y la procesión general del santo entierro, que representa cronológicamente los sucesos de la pasión de Cristo, a la que asisten miles de personas cada año.
Breve historia de Alzira
Alzira fue fundada por los árabes con el nombre de Al-Yazirat Suquar (en español, La Isla del Júcar). Durante el dominio musulmán, Alzira fue una población muy importante que llegó a tener gobernación propia. La villa, baluarte completamente amurallado, contaba con unas cuantas mezquitas, casas de baño y molinos. El tratado geográfico de Al-Zuhví, escrito hacia el 1147, señala la existencia en Alzira de un gran puente de tres arcos, obra antigua y de excelente factura.
En 1242 reconquistó la ciudad el rey Jaime I de Aragón, en un episodio fundamental para la conquista del nuevo Reino de Valencia, ya que Alzira era la única ciudad por la que podía cruzarse el río Júcar, de ahí su lema Claudo regnum et adaperio (Abro y Cierro el Reino).
El soberano concedió a la villa infinidad de privilegios, entre los que destacó el de mero y mixto imperio, con jurisdicción en causas civiles y criminales, sobre cuarenta y dos municipios, así como el título de Coronada y Fidelísima Villa Real. Su rango de villa real le dio voto en las Cortes del Reino de Valencia. La vinculación del conquistador con la ciudad fue grande.
Jaime I pasaba largas temporadas en Alzira, por la que sentía especial predilección, en la casa-palacio que popularmente recibió el nombre de Casa real o del rey o Casa de la Olivera.
Descubriendo Alzira
Actualmente la ciudad de Alzira está marcada por un carácter tendente a la descentralización respecto de la capital, Valencia. Esto ha permitido que se hayan desarrollado los servicios necesarios (financieros, tributarios, jurídicos, comerciales, sanitarios y educativos) para dar cobertura a los alzireños y demás habitantes de las poblaciones circundantes y comarcas vecinas.
Para descubrir Alzira, conviene perderse por sus calles, con calma, vamos a descubrir lugares muy interesantes, llenos de historia. Como la Casa Consistorial, que ocupa un palacio de estilo gótico civil, típico de las mansiones valencianas, construido entre 1547 y 1603. Perteneció a los marqueses de Santiago. En 1930 fue declarado Monumento Nacional. El Archivo Municipal de Alzira, custodiado en este edificio, contiene algunos de los más valiosos legados documentales de la Comunidad Valenciana.
Otro lugar de imprescindible visita en Alzira son los Casalicios del Puente de San Bernardo (antiguamente Pont de Sant Agustí, s. XIII). En 1717 se instalan los casalicios con los patronos San Bernardo y sus hermanas María y Gracia, por lo que se denominó Pont de San Bernat. La supresión del brazo del río Júcar en 1967 que atravesaba la ciudad, llevó consigo la desaparición del puente y la urbanización de la Avenida. Recientemente fue recuperada la vista parcial del puente tras unas obras de restauración.
El Círculo «La Gallera» es un centro recreativo de estilo neoclásico, construido en el siglo XIX por la pujante burguesía local. Desde su amplio vestíbulo se accede por una gran escalera a la primera planta, donde destaca el salón árabe de gran riqueza ornamental. En la planta baja se distingue el salón valenciano, ricamente decorado con maderas y cerámicas. Se denomina popularmente La Gallera por haberse celebrado en él peleas de gallos.
El Antiguo convento de Capuchinos s. XVII, hoy denominado iglesia parroquial de la Encarnación s. XVIII, destaca, junto a su estructura barroca, por un espectacular retablo de cerámica o el paso procesional que representa la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos, salido de la gubia de Antonio Ballester, sin duda la mejor pieza de la Semana Santa.
Precioso es el edificio de la Cotonera, construido en estilo modernista antiguamente fue un almacén de naranjas. Más tarde se convirtió en fábrica de hilaturas, y hoy en día alberga una sala de banquetes.
La Cruz Cubierta de estilo gótico-mudéjar está situada en la carretera de Alzira- Algemesí merece otra visita. La cruz bifronte sobre madera original, muestra el Crucificado y Santa María. Tal vez se limita a ser una de las muchas cruces de término alzadas por los nuevos repobladores cristianos como testimonio de la nueva fe. Por un camino de tierra que arranca delante de la Cruz podemos volver a Alzira por el Puente sobre el río Verde, también llamado dels ulls.
La iglesia parroquial de Santa Catalina Virgen y mártir es una buena muestra de la arquitectura gótica de la época de la Reconquista, que evoluciona al paso del tiempo adaptándose a las nuevas necesidades funcionales y estilísticas Se levantó sobre el solar de la mezquita mayor y posteriormente en época barroca, fue remodelada aunque se conservan vestigios góticos. Sufrió una nueva reforma en el siglo XVII y una ampliación en el XVIII que le dan su aspecto actual. En 1962 se labró un retablo neobarroco que alberga las imágenes de los patronos titulares de la ciudad.
De la muralla medieval alzireña, construida en el siglo XII, se conservan algunos torreones y paredes defensivas. Se estructuraba alrededor de un baluarte en el Pont de Sant Gregori, pudiéndose contemplar tramos que se conservan perfectamente, junto a otros que han sido derribados por los distintos ensanches urbanos o absorbidos por edificaciones anexas. Aún así es aconsejable un paseo por el trazado de las mismas. Una parte interesante de la muralla es la zona limítrofe con el Parque de la Vila. Es una zona con numerosas palmeras, bien conservada.
En el Museo Fallero de Alzira puede admirarse una muestra de la calidad de los monumentos falleros realizados por artistas alzireños consagrados en la propia capital, como Julio Monterrubio, Bernardo Estela, y otros.
Sobre un noble caserón gótico-renacentista encontramos el Museo Municipal de Alzira. Reúne parte del patrimonio cultural de Alzira y la comarca de la Ribera del Júcar, permitiendo contemplar los aspectos evolutivos tanto en el marco físico como de los asentamientos humanos establecidos en este territorio, desde la prehistoria hasta nuestros días. Posee interesantes fondos histórico-artísticos de la ciudad y su comarca. Las exposiciones permanentes se dividen en cuatro apartados: cartografía, arqueología, etnología e historia y bellas artes.+
Entre sus fondos y colecciones destacan la cartografía, con planos originales y reproducciones de los siglos XVII al XX; arqueología y la historia, con especial mención a la cerámica islámica, algunas con inscripciones cúficas; un fragmento de muro del siglo XII con decoración geométrica y vegetal, o diez lienzos de 1860 que narran acontecimientos históricos. Dentro de sus funciones socioculturales, promueve exposiciones temporales, realiza campañas de recuperación de objetos para e incremento de sus fondos museísticos, se pone a disposición de estudiosos e investigadores y se preocupa por la conservación del patrimonio artístico local.
A lo largo de todo el año se desarrolla un amplio programa cultural en Alzira, que ha de sumarse a las actividades que se desarrollan en los distintos centros culturales locales como la Casa de la Cultura, el Museo, La Biblioteca, el Archivo Municipal, el Gran Teatro, el Círculo alzireño, o la Sociedad Musical, entre otros.
Así, estacionalmente, destacamos en febrero la Trobada de Pallassos; en marzo-abril, el Pregón de la Semana Santa; en junio, el Festival Internacional Spanish Brass Alzira; en julio, Els Encontres de Teatre a l’Estiu; en octubre y noviembre, Els Premis Literaris Ciutat d’Alzira; en diciembre, la Conmemoración de Sant Silvestre, o la más reciente celebración de cine y literatura, Alzinema.
Para los amantes de las excursiones y el aire libre recomendamos el Valle de la Murta y las ruinas del Monasterio. Es un exuberante paraje de frondosos bosques, donde se encuentran las históricas ruinas del monasterio Jerónimo de Nuestra Señora de la Murta. De todo el conjunto destaca la Torre de las Palomas. A lo largo de su historia ha sido meta de peregrinaciones, visitado por destacadas personalidades. En su entorno. hay una casona del siglo XIX que cuenta con un hermoso jardín, también existe una almazara, nevero, ermita rupestre, acueducto y balsas. En la zona se puede practicar senderismo.
En el entorno se enmarca el convento agustino de Aigües Vives, el pueblo de la Barraca, sus parajes, con fuentes, senderos y urbanizaciones. Todo ello hace de él un lugar excepcional para el descanso, a tan sólo 15 minutos de la playa.
En la ciudad de Alzira, encontramos el Parque de L’ Alquenència, el mayor parque de cuantos posee la ciudad, el parque por excelencia. Lo conforman 52.205 m2 con una variada vegetación de especies mediterráneas, paseos, espacios de juegos para adultos y niños, pinadas y una zona alta con un quiosco desde la que se divisa el conjunto de la zona verde.
La gastronomía alzireña tiene el arroz como uno de sus protagonistas indiscutibles. Destacan especialmente las paellas, sobre todo la de pollo con conejo y la de albóndigas de carne, también conocidas como pilotes. Otras variedades son el arroz al horno, sobresaliendo en la localidad el elaborado con panses i cigrons (pasas y garbanzos) o el de fesols i naps (habichuelas y nabos).
Durante las fallas, se elaboran els bunyols (buñuelos de calabaza), en Semana Santa el arnadí de moniato i carabassa, les mandonguilles d’abadejo (albóndigas de bacalao), y en Pascua les mones.
Para los postres se reservan helados, dulces y frutas del tiempo, entre las que destaca la naranja, la reina por excelencia. Los miércoles por la mañana se celebra el bullicioso mercado semanal. Un buen momento para visitar Alzria es durante las Fiestas patronales de San Bernardo. Tienen lugar en el mes de julio, (el día 23). Conmemoran el martirio de los santos patronos de la ciudad San Bernardo, y sus hermanas María y Gracia. De todas las actividades de tipo artístico, cultural y deportivo que se llevan a cabo, destacan de manera especial por su popularidad los festivales musicales del campo de Venecia, con actuación de grupos musicales de moda. En su vertiente religiosa se viven con la solemnidad de un novenario en honor de los patronos y la procesión general del día 23.
Nuestro agradecimiento al Ayuntamiento de Alzira y a la Conselleria de Turisme de la Comunidad Valenciana