El enoturismo vuelve a Finca Tinedo para que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia vinícola única en esta bodega familiar con más de 175 años de historia. Desde 1846 en Finca Tinedo se elaboran vinos y con la quinta generación, y con Manuel Álvarez–Arenas a la cabeza, la bodega se abre a los enoturistas para que descubran sus vinos, viñedos y su gran historia vinícola creada a lo largo de casi dos siglos de existencia.
Finca Tinedo tiene un pasado único y excepcional dentro de las bodegas de Castilla La Mancha. La bodega, con su quinta generación al frente, rinde homenaje a esta historia vinícola que comenzó en 1846. La bisabuela de Manuel Álvarez – Arenas, Doña Esperanza, fue un auténtica emprendedora y mujer adelantada a su tiempo ya que fue ella la que, a finales del siglo XIX, decidió instalar una bodega en la finca para elaborar vinos que expresaran las características de este viñedo manchego.
Finca Tinedo abre sus puertas al enoturismo para que el legado de Doña Esperanza se conozca y para que cada enoturista pueda descubrir la singularidad manchega de su quintería y bodega, además de recorrer su viñedo ecológico de 47 hectáreas. Está dividido en 22 parcelas en las que destacan las variedades Tempranillo, Syrah, Graciano, Cabernet Sauvignon y Moscatel de Grano Menudo.
Finca Tinedo es un espacio para relajarse, disfrutar de la vida y de la gastronomía manchega. Manuel Álvarez-Arenas, propietario y director técnico, es el anfitrión de cada visita y el encargado de enseñar cada una de las diferentes parcelas del viñedo.
Descubrir la cocina manchega en una quintería de 125 años es una experiencia que pocas bodegas pueden ofrecer. En Finca Tinedo han preparado para los turistas un menú manchego muy especial a base de queso y migas manchegas, lomo de orza, asadillo y el famoso tomate moruno local.