Extremadura es más que una tierra de clima duro y paisaje adusto. Ofrece otras caras como el vergel del Jerte, la quietud de Yuste o la joya renacentista de Trujillo. Esta ciudad cacereña es sinónimo de Renacimiento y de cuna de Conquistadores.
Breve reseña histórica de Trujillo
En la historia de Trujillo, las Conquistas enmarcan sus ciclos de construcción, destrucción y renovación de su patrimonio. La conquista de los árabes, que construyen el Castillo en el Cerro del Zorro, es uno de los primeros hitos en la historia de la ciudad. Desde este recinto amurallado se divisa de manera privilegiada gran parte de la comarca. Con la larga estancia de los Reyes Católicos en Trujillo planificando la conquista de Granada la ciudad crece y fructifica para dar cabida a la amplia corte. Las casas palaciegas que se apoyan y fortifican la muralla son algunas de las residencias cortesanas de esta época, y aún se conservan.
Trujillo llega a su apogeo, en sentido estético, en la época de las conquistas americanas, entre los siglos XV y XVI. En ellas, esta ciudad juega el papel de cuna de varios de los conquistadores. Son sus familias y las de los numerosos indianos, que emigran y se enriquecen, las que impulsan la construcción de bellas residencias.
La destrucción llega con las invasiones napoleónicas de la península en el siglo XIX. Durante estas, Trujillo es sometida al saqueo y destrucción de sus bienes culturales.
Recorriendo Trujillo
Trujillo cuenta con un destacado conjunto monumental. El conjunto urbano de la ciudad fue declarado bien de interés cultural en 1962, destacando: el castillo, la iglesia de Santa María la Mayor, el palacio de la Cadena, el palacio de la Conquista, el palacio de Juan Pizarro y el palacio de San Carlos. Visitamos todos ellos.
Castillo de Trujillo
El extenso conjunto monumental de la ciudad está formado por edificios civiles, como las casas palaciegas; religiosos, como las iglesias y conventos; y de carácter defensivo como el Castillo de origen árabe. La construcción de este recinto defensivo, y jalonado con numerosas torres, se inició en el siglo IX. Su explanada fue, entre otros puntos de la ciudad, escenario para el rodaje de Juego de Tronos (para los amantes de la serie, nos referimos al último capítulo de la séptima temporada, titulado «El dragón y el lobo»).
Plaza Mayor
La Plaza Mayor de Trujillo es la estampa más conocida de esta localidad, presidida por la estatua de Francisco Pizarro a caballo, obra realizada en 1927. Por lo irregular de su planta y el desnivel que salvan las amplias escaleras, la plaza no ofrece la fisonomía tradicional. Los palacios con corredores porticados abiertos a la plaza no ofrecen un conjunto circular por el que deambular. Cada edificio tiene su peculiaridad, se adelanta o se asienta algo retirado del resto por lo que para el visitante cada uno tiene su particularidad a descubrir.
Iglesia de San Martín
La Iglesia de San Martín preside desde uno de sus ángulos la Plaza Mayor. Esta parroquia, adusta en sus formas exteriores, ha ido transformándose desde sus inicios, en el siglo XIV, de acuerdo con los estilos propios de cada etapa. Una de las puertas más antiguas que aún se conservan es la Puerta de Las Limas. Esta puerta de estilo gótico es una pequeña joya en el sobrio conjunto. En las gradas que la flanquean se daba cita el Consejo de Trujillo, y es el lugar donde fueron recibidos Carlos V y Felipe II, en sendas visitas a la ciudad.
Iglesia de Santa María la Mayor
La Iglesia de Santa María la Mayor fue levantada sobre un antiguo templo románico en la segunda mitad del siglo XIII. De su pasado románico se conserva la preciosa torre oriental, llamada “Julia”. Es el edificio religioso más importante de Trujillo y destacan sus capillas funerarias y las pinturas del retablo Mayor, realizadas hacia finales del siglo XV.
Los palacios de Trujillo
La arquitectura de las residencias palaciegas de Trujillo sienta precedente en los tratados de arquitectura, dando a la ciudad el estilo tan particular que la sigue distinguiendo. Actualmente la mayor parte de los palacios se encuentran en manos privadas y cerradas al público. Otras se han convertido en hoteles o tienen uso municipal.
Uno de los rasgos que llama la atención del conjunto monumental de Trujillo es la altura de sus edificios y los balcones que se abren en las esquinas de sus fachadas y que están profusamente ornamentados en piedra.
Palacio de Juan Pizarro de Orellana
La primera casa palaciega del estilo renacentista trujillano, precursora del resto, es la casa del conquistador Juan Pizarro de Orellana. Se trata, en origen, de un edificio militar, flanqueado por dos torres, que Juan Pizarro reconvierte en residencia. Actualmente, se haya en uso como parte del Colegio Sagrado Corazón. Aquí estuvo hospedado Miguel de Cervantes cuando el propietario era Fernando Pizarro de Orellana.
Palacio de la Conquista
En una de los ángulos de la Plaza Mayor se encuentra la Casa de los marqueses de la Conquista, título otorgado a la familia de Francisco Pizarro. Como en otros palacios de Trujillo, la esquina que se muestra hacia la calle es un conjunto escultórico compuesto por el escudo de la familia. En este escudo destacan las figuras de los esclavos encadenados como parte de la representación alegórica la conquista de Perú. Bajo este, flanqueando el balcón, los rostros esculpidos de Pizarro y su familia.
Palacio de San Carlos
Situado en una esquina cercana a la Plaza Mayor, este edificio fue sede de los Correos Mayores de India. Todo en él es una sucesión de detalles que conforman uno de los palacios más impresionantes de Trujillo. De la sobriedad de sus muros, destaca el pórtico renacentista con largas columnas jónicas sobre la que se alza un segundo y tercer piso, este con galería, el balcón plateresco coronado con el escudo familiar con una impresionante águila bicéfala, propia del blasón de Carlos V, y la puerta flanqueada por columnas sobre la que se abre un balcón.
Casas de Luis Chaves
La familia de los Chaves cuenta en la localidad con varias casas. La antigua Alcazaba de Luis Chaves, el viejo, es un conjunto de edificios adosados, en parte, a la muralla, y situados en la parte alta de la cuidad. En 1486, Luis Chaves solicita la ampliación de sus casas a lo largo de una de las calles que desemboca en la Plaza Mayor. Esta ampliación transforma un edificio adusto medieval en una residencia con galería porticada a pie de calle. Aquí residieron los Reyes Católicos hasta en cinco ocasiones tal y como se acredita en el Archivo General de Simancas.
Palacio de la Cadena
Este palacio es uno de los que se asoma a la Plaza Mayor en su zona más elevada. Su denominación se debe a la cadena que se colocaba en la puerta para indicar que el rey se encontraba alojado
allí. De su fachada destacan las figuras de los putti o angelotes labrados en la piedra. Hoy es un establecimiento hotelero.
Torre del Alfiler
Detrás la Casa de la Cadena, en uno de los callejones que sube desde la Plaza Mayor se encuentra la torre del Alfiler. Su cúpula, con el escudo de los Chaves-Orellana, es visible desde todo el centro histórico de Trujillo. Su ubicación se debe a que era una torre defensiva de la antigua muralla, la que circundaba el recinto del castillo. Pasada la Reconquista, la familia de los Chaves la convierte en parte de sus posesiones como torre del homenaje y añade el escudo compuesto por las armas de los Chaves, cinco llaves sobre rojo, y los roeles azules del blasón de los Orellana.
Dónde alojarse:
Hotel Izán Trujillo
Plaza del Campillo, 1
E-mail: trujillo.recepcion@izanhoteles.es
Web: https://www.izanhoteles.es/es/hoteles/hotel-izan-trujillo
Construido sobre el antiguo Convento de San Antonio de finales del siglo XVI, el edificio es de estilo barroco clasicista y está totalmente restaurado. En pleno centro histórico de Trujillo, es el lugar ideal para alojarnos ya que se encuentra muy cerca de los principales lugares de interés. Además de sus claustros, destacan el patio central y una sala abovedada para el desayuno. Cuenta con una piscina exterior y las habitaciones son amplias y silenciosas, con todas las comodidades.