Un Picasso de 1901, un óleo de Maruja Mallo, otro de Joaquín Sorolla, un mural de Fernand Léger, una sala dedicada al logicofobismo o la reposición de la película Canciones para después de una guerra, de Martín Patino, son sólo algunas de las novedades que el Museo ofrece al visitante que se acerque estos días a la segunda planta del edificio Sabatini. Por su parte, en Nouvel se presentan también, entre otras obras, diversas instalaciones de Eugenia Balcells, Juan Hidalgo o Luis Camnitzer.
En el espacio que acoge el Guernica (1937) como núcleo de la Colección, el recorrido comienza finales del siglo XIX y recoge desde las vanguardias al Cubismo -que viene a definir la moderna mirada, temporal y múltiple- pasando por el Dadaísmo y el Surrealismo, que da vía libre al deseo y al subconsciente social e individual.
El óleo de Pablo Picasso, Buste de femme sonriente (1901) se exhibirá a partir de ahora en la sala dedicada a la modernidad de inicios del XX, “enfrentado a otra mujer” pintada también por el artista malagueño: Mujer en Azul, del mismo año, que cuelga en las paredes del Reina. Ello es posible gracias al depósito realizado por un coleccionista europeo y supone un hito importante, dado que es la primera vez que se exhibe en España y apenas se ha visto antes, además de la escasez de trabajos del artista fechados en ese tiempo y la imposibilidad material de conseguirlas en el mercado debido a los altos precios. La pintura Buste de femme sonriente, según algunos expertos, es una de las más bellas figuras femeninas picassianas. Hay que destacar que el Museo Reina Sofía cuenta con 292 obras del artista malagueño de las que 29 son pinturas. El único cuadro fechado en los primeros años del siglo XX perteneciente a la colección es el conocido Mujer en azul (1901).
En esa misma sala se ha situado un óleo de Sorolla (Valencia, 1863-Madrid, 1923) –autor de quien el Museo no disponía hasta el momento de obra alguna- que ha sido depositada temporalmente por el Museo de Bellas Artes de Asturias. Se trata de Llegada de la pesca (1899) que ahora dialoga con los trabajos de algunos de sus coetáneos, como Rusiñol, Iturrino o Darío de Regoyos.
Otra de las importantes novedades es el cuadro Antro de fósiles (1930), de Maruja Mallo, que pertenece a la serie Cloacas y campanarios. Es una composición donde dominan los colores sombríos y un contenido que adelanta el drama bélico que iba a vivir no sólo España sino también el resto de Europa. Esta nueva obra -que ha sido adquirida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para el Museo Reina Sofía- es una de las más representativas de la serie a la que pertenece y es muy destacable, tanto por su factura y contenido, como por su tamaño, que casi roza los dos metros de ancho. Después de exhibirse en la emblemática exposición individual dedicada a Maruja Mallo por la Galerie Pierre, permaneció en paradero desconocido casi desde entonces hasta el año 2009. El Museo sólo contaba hasta la fecha con cuatro pinturas de esta autora.
Antonio Rodríguez Luna, (España, 1910-1985), de quien ahora se exhiben cuatro dibujos que estuvieron colgados en el Pabellón Español del 37, es un pintor cordobés que pudo exiliarse a México tras la Guerra Civil gracias a la intermediación de Picasso y Miró para ser liberado de un campo de concentración francés. Lo más desgarrado de su obra se enmarca en la escuela española del expresionismo crítico social. Militante comunista, participa en la «Exposición Internacional de París» con el cuadro Otra víctima inocente, (en paradero desconocido). En 1937 publica el álbum titulado Dieciséis dibujos de guerra; en ellos se plasma lo más horrible de la condición humana, mediante una estética de expresionismo radical y fruto de sus vivencias durante la guerra civil española.
También en el contexto del Pabellón, en la zona que se muestra Guernica, se ha situado una reproducción, donada al Museo por la Fundación Charlotte Perriand, del mural de Léger y Perriand Joies Essentielles, plaisirs nouveaux, (1937), creado para la decoración de los pabellones de Agricultura de Francia en la Exposición Internacional del 37. Este trabajo, enfrentado a la maqueta del Pabellón y a los fotomontajes de Renau, hace referencia al mural fotográfico como medio predilecto de propaganda del Frente Popular francés y español y permite construir una sala sobre la utilización del mismo en la los eventos internacionales de la década de los 30.
Junto a las salas que acogen las obras de Dalí, se ha montada un espacio monográfico dedicado al Logicofobismo, nombre que deriva de una exposición organizada en mayo de 1936 en las Galeries d’Art Catalònia de Barcelona, en la que se quería ofrecer una visión panorámica de la situación del surrealismo en España que incluyera a Salvador Dalí, Joan Miró y otros artistas más jóvenes. Siguiendo ese esquema el Museo muestra ahora un conjunto de obras adquiridas en los últimos meses de artistas donde se aprecia una clara influencia de esos dos autores, así como obras de Ramón Marinello, Ángel Planells y Arthur Carbonell.
En la sala del Exilio Surrealista también se ha incorporado una importante obra de Luis Fernandez (Oviedo, 1900–París, 1973), uno de los pintores asturianos más destacados del siglo XX. A partir de ahora colgará de las paredes del Museo el cuadro titulado Pintura erótica, (1939), depositado por el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Asimismo hay que destacar que, de nuevo, el visitante podrá ver en una de las salas de la segunda planta del Museo el documental Canciones para después de una guerra del director salmantino, Basilio Martín Patino, basada en la España de posguerra. Realizada de manera clandestina en 1971, fue estrenada cinco años después.
La película consta de una serie de imágenes de archivo sobre las que se superponen canciones populares de la época.
Por último, también se reabre la Colección 3, De la revuelta a la posmodernidad, con nuevos artistas y nuevas narraciones formadas a partir de adquisiciones recientes. Destaca la utilización de los medios audiovisuales y la crítica de la representación por parte de artistas como VALIE EXPORT, Sanja Ivekovic, Martha Rosler y Eugènia Balcells. De esta última, se presenta por primera vez desde su adquisición una importante instalación: Fin/The End, (1978-2010), en la que se diseccionan los modelos hegemónicos de género en las fotonovelas, que tanto influyeron en el imaginario sentimental durante el franquismo.
Para celebrar los 50 años de la fundación de Zaj, se expone la instalación Lanas (1972-2009) de Juan Hidalgo, adquisición importante de los últimos años. Como antecedente de la sala dedicada a los activismos latinoamericanos que se puede ver en Nouvel 0, se incorpora la también reciente compra de Masacre de Puerto Montt, instalación de Luis Camnitzer de 1969, en la que las trayectorias de las balas y los nombres de los ejecutores reconstruyen la masacre del mismo nombre del 9 de marzo de 1969 en Chile.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía: www.museoreinasofia.es