Como ciudad, Santander es una de las más bonitas de España. Como provincia sigue siendo también una de las más apreciadas de España. Santander tiene 2 Km. de los más encandiladores paseos que podamos apreciar de cualquier capital.
La naturaleza en su estado más puro se nos muestra en este itinerario que comienza al ascender las escalinatas que acceden a la vieja senda que conduce al Faro de Cabo Mayor. En nuestro recorrido nos encontramos en un primer momento con la graciosa playa de los Molinucos, el mar abierto se nos muestra en su inmensidad para mostrarnos Cabo Menor, el punto más avanzado del litoral santanderino, donde los pescadores retan al mar para obtener sus preciados frutos. En nuestro ascenso y enclavado en un entorno impresionante, encontramos uno de los primeros campos municipales de golf que existieron en España, el campo de golf de Mataleñas.
Sin caminar mucho llegamos a la playa de Mataleñas, singular entre otros motivos, por su particular acceso. Tras un pequeño ascenso en dirección a la carretera encontramos los campos que nos llevarán, a través de sendas ya marcadas, hacia Cabo Mayor, por un camino en el que podremos contemplar las viejas defensas costeras de la Guerra Civil española.
Siempre por el camino de la costa accedemos finalmente al Faro de Cabo Mayor, donde el viento y el mar se agitan frente al monumento a los caídos en la guerra civil. Durante el descenso, esta vez por la carretera, encontraremos la entrada al campo de golf antes mencionado y el Parque de Mataleñas, un maravilloso espacio natural que alberga un estanque con aves y un parque infantil, y ofrece, además, la posibilidad de realizar un circuito deportivo de 1200 metros rodeado de los encantos que ofrece el entorno. Girando a la izquierda en la salida del parque retomaremos el camino inicial del itinerario.
Para aquellos que se sientan con ganas de ampliar el paseo, pueden continuar usando el coche hasta la isla de la Virgen del Mar, patrona de Santander, pasando por el Puente del Diablo, el Panteón del Inglés, las playas del Bocal y La Maruca, atravesando los barrios de Cueto, Monte y San Román.
El viaje se torna en algo mágico cuando visitamos la península de la Magdalena. Nos adentramos en uno de los espacios más bellos y significativos de la ciudad, que cuenta con una superficie de 25 hectáreas y una gran variedad de especies arbóreas. Nada más iniciar el recorrido contemplamos el antiguo Campo, un Pabellón Municipal de Muestras y un Parque Infantil, frente al que se encuentra el monumento en homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente. Continuando el recorrido podemos ver el Paraninfo y las Caballerizas Reales, hoy transformadas en residencia para los estudiantes extranjeros de la UIMP.
En nuestro ascenso dejaremos a nuestra derecha la playa de Bikinis para encontrarnos con el Embarcadero Real y pasear a la altura del Faro de la Cerda hasta llegar a la explanada que nos conducirá al Palacio de la Magdalena. Desde la cumbre de la península podremos disfrutar de impresionantes paisajes naturales y arquitectónicos.
El Palacio Real, de influencias inglesas, fue inaugurado en 1912 y regalado por suscripción popular a los monarcas. Desde 1913 hasta 1930 constituyó la sede de verano de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Tras la restauración realizada hace pocos años, este singular edificio se ha convertido en la sede de los prestigiosos cursos de la Universidad Internacional Menéndez-Pelayo, convertidos hoy en día en referente cultural tanto nacional como internacional. En el descenso encontramos las tres carabelas que el marino cántabro Vital Alsar donó a Santander. A continuación encontramos un peculiar mini-zoo que alberga, en espacios naturales que reciben el agua directamente del mar, a un nutrido grupo de animales marinos.
Nuestro agradecimiento al Excmo. Ayuntamiento de Santander