En 1082, el obispo Osmundo de Astorga ordena la construcción de un puente sobre el río Sil para facilitar el paso a los peregrinos que ya por entonces se dirigen en masa a Santiago de Compostela. Es el «Pons-Ferrata» que cuatro años después verá como en sus alrededores se construye una iglesia dedicada a San Pedro. De ahí el nombre del primer núcleo de población conocido: la Puebla de San Pedro, origen de lo que hoy conocemos como Ponferrada, una ciudad enclavada en El Bierzo leonés. Historia, belleza y amabilidad nos esperan.
Si por algo es conocida Ponferrada es por ese aire misterioso y mágico que le concede el privilegio de haber sido sede de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, los Templarios. La Orden del Temple se estableció a lo largo del Camino de Santiago durante toda su existencia, entre los siglos XII y XIV. Su misión fue proteger a aquellos que acudían en peregrinación a Compostela.
Los primeros Templarios llegaron a Ponferrada con el maestre Guido de Garda y Fray Helías como primer comendador, allá por 1178. Héroes, aventureros, idealistas de manto blanco y cruz paté roja, aquí en Ponferrada nos contarán hazañas de todo tipo, destacando la que dice que hallaron en 1200 la imagen de la Virgen de la Encina, patrona de la comarca de El Bierzo, en el hueco de una encina. A cambio de sus favores recibieron donaciones nada desdeñables: Castillos, tierras, propiedades y hay quien dice que más de un «secreto».
Con la disolución del Temple en 1312, Ponferrada, enclave estratégico en el camino de Castilla a Galicia, pasa a manos de distintas familias que amplían la fortaleza y ensanchan sus límites, siendo la más importante la del Conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio.
Ponferrada es una ciudad coqueta, con calles peatonales, cafeterías acogedoras, plazas señoriales y preciosas fuentes, parques llenos de vida y calles comerciales. Historia, paisajes y una excelente gastronomía. Destaca sobre todo el carácter abierto y hospitalario de sus gentes. Conocida por sus minas de hierro y carbón, lugar de nacimiento de uno de los periodistas más universales, Luis del Olmo, nos percatamos al llegar de que hay algo mágico en el ambiente, esa neblina que envuelve nuestra mirada y que concede a lo que contemplamos una sensación de quietud y belleza.
Un paseo por el casco antiguo, con el Castillo como referente, nos muestra las huellas imborrables que la historia ha dejado en esta preciosa ciudad. Como la Basílica de la Encina (siglo XVI), templo renacentista en cuyo interior destaca el Retablo Mayor y la imagen de la Virgen de La Encina, «La Morenica», patrona de El Bierzo, aquella que los templarios «encontraron oculta» en una encina.
Cerca encontramos la Torre del Reloj, en el acceso a la Calle del Reloj (junto al Ayuntamiento). Construida a mitad del siglo XVI constaba inicialmente de dos cuerpos: el inferior con el escudo de Felipe II y el superior, con el reloj.
A finales del siglo siguiente se añadió el cuerpo que hoy aloja la campana, rematado con un esbelto chapitel. La torre da paso a la plaza del Ayuntamiento, donde destaca la fachada de la Casa Consistorial. La Casa Consistorial tiene una bonita estructura central con dos torres acabadas en esbeltas agujas al estilo de los Austrias. Entre ellas, distinguimos un solemne hastial donde se ha grabado el blasón con los símbolos imperiales.
En la plaza admiramos casas porticadas entre la que destaca la que fuera residencia del novelista Gil y Carrasco. Saliendo de la plaza, pasamos de nuevo por la Torre del Reloj para llegar a la Real Cárcel, hoy Museo del Bierzo (junto con el del Ferrocarril y el de la Radio, los más representativos de la ciudad). En su fachada encontramos el escudo de armas de la ciudad y el del conde de Toreno. Cuenta el museo con dos plantas para la exposición permanente, y una, para temporales. Un completo recorrido por la historia de Ponferrada y El Bierzo nos espera en este cuidado espacio.
Tomando un respiro en alguno de los bares cercanos, llegamos al Museo de la Radio, que tiene su sede en la «Casa de los escudos», casona de estilo barroco tardío e influencias rococó, perteneciente a la familia García de las Llanas. El Museo cuenta con un mecenas por todos conocido, Luis del Olmo, quien ha donado gran parte de su colección de receptores para disfrute de los visitantes. Quizá el mejor museo de la radio en España. La «Casa de los escudos es», junto con la «Casa de los Macías» (también próxima al Ayuntamiento), las dos edificaciones con más encanto de Ponferrada.
Visitamos el Castillo de los Templarios, declarado Monumento Nacional Histórico Artístico en 1924 y símbolo de la ciudad. El Castillo que hoy visitamos es el resultado de una larga serie de ampliaciones y reformas que van desde la primera cerca de la planta cuadrada de principios del siglo XII, hasta las últimas zonas construidas a finales del siglo XV y principios del XVI. Se emplaza sobre un castro celta, siendo más tarde emplazamiento romano y visigodo.
Actualmente, toda la zona palacial y ciertas torres de su recinto del siglo XV han sido reformadas con el fin de instalar un centro cultural donde visitar exposiciones de primer nivel. Espacio singular e histórico, tiene una belleza plástica única. Contemplamos en lontananza toda la ciudad, el río Sil y los recuerdos vuelan libres hacia tiempos pasados.
Dos, tres y hasta cuatro horas son necesarias para visitar el Castillo, en buen estado de conservación y con explicaciones por doquier, cualquier rincón es comentado con esmero. Desde el Castillo llama nuestra atención la Iglesia de San Andrés (siglo XVII). En su interior sobresale el retablo mayor de estilo Barroco, y el Cristo de la Fortaleza, llevado allí desde la capilla del Castillo. Se encuentran aquí algunos de los más famosos pasos de la Semana Santa.
Para terminar, pasando por la plaza del Temple y su impresionante caballero templario (4.000 kilos de bronce y cortén), obra de Alvariño, encontramos el Museo del Ferrocarril donde se exhibe una colección de locomotoras de diferentes modelos y fechas de fabricación. Podemos admirar material de gran interés, como planos, libros y fotografías que dan muestra de la importancia que tuvo el ferrocarril y su relación con la actividad minera en particular a lo largo del siglo pasado.
La gastronomía de Ponferrada destaca por la calidad de sus productos ya sean carnes, legumbres, quesos, pescados o dulces. Destacar platos como la olla berciana, el cocido maragato y el más conocido, el botillo, un embutido único, de sabor inconfundible. Ponferrada nos va a sorprender por su belleza y amabilidad, en un entorno privilegiado, un lugar lleno de magia.
Si nos sobra un poco de tiempo, no podemos dejar escapar la oportunidad de visitar en las cercanías de la ciudad las ruinas de las minas romanas de «Las Médulas», declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Así como el Castillo de Cornatel, impresionantemente bello.
Nos explican que como himno de Ponferrada popularmente se ha aceptado la canción tradicional «A Ponferrada me voy», siendo una de las canciones más conocidas de la ciudad. Escucharla es una buena manera para terminar nuestro viaje… «A Ponferrada volveremos».
Cómo llegar
Ponferrada es la capital de la comarca de El Bierzo, en la provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León, España. Situada en la confluencia de los ríos Sil y Boeza es la segunda ciudad en importancia de la provincia.
El acceso por carretera hasta Ponferrada a través de la A6, Autovía Madrid-A Coruña es:
– Dirección Madrid – A Coruña, salida 382
– Dirección A Coruña – Madrid, salida 388