El
Museo Hermitage Ámsterdam exhibirá obras maestras de Matisse, Picasso, Van Dongen, De Vlaminck, Derain y muchos otros pintores contemporáneos, desde el 6 de marzo de 2010 hasta el 17 de septiembre de 2010 en la exposición
De Matisse a Malevich. Pioneros del arte moderno del Hermitage. Para esta exposición, se han seleccionado aproximadamente 75 cuadros del Hermitage San Petersburgo, que contiene una de las más bellas colecciones del mundo de artistas franceses de principios del S.XX. Además de los mundialmente famosos maestros franceses, están representados también famosos artistas contemporáneos rusos, como Malevich y Kandinsky. Casi todas las obras de arte que estarán expuestas pertenecen a la colección permanente de San Petersburgo y la mayor parte procede originalmente de las colecciones moscovitas de Morozov y Shchukin. Es la
primera vez que se exhibe esta amplia colección de obras artísticas de vanguardia en los Países Bajos. La exposición centrará la atención en la génesis del arte moderno como un fenómeno de la historia del arte, pero también hará hincapié en la inspiración de los artistas mismos, que a principios del siglo pasado desencadenaban una revolución artística, un momento crucial en la historia de los movimientos artísticos.
Morozov y Shchukin
El origen de esa extraordinaria colección del Hermitage está en manos de dos famosos coleccionistas de arte rusos, Ivan Morozov (1871-1921) y Sergei Shchukin (1854-1936), dos prósperos negociantes moscovitas del sector textil. En su deseo de hacer transitar el arte de su país natal por senderos completamente nuevos, llevaron el arte francés a Rusia. Su intención era poner en marcha un proyecto absolutamente estimulante. Shchukin era el más notable coleccionista de su época; ningún otro superaba su colección de obras de Picasso (51) y de Matisse (37). Morozov y Shchukin se atrevieron a adquirir y a encargar obras de arte revolucionarias, frecuentemente con la pintura todavía húmeda, durante el cambio del siglo en Moscú. Sus adquisiciones fueron exhibidas en determinados momentos en sus propias mansiones. De esta forma, los artistas jóvenes rusos pudieron ponerse al tanto de las tendencias artísticas en Francia. El inicio de la Primera Guerra Mundial puso fin al coleccionismo. Durante la Revolución de Octubre de 1917, las dos colecciones fueron expropiadas, y en 1948, el museo Hermitage de San Petersburgo recibió la mayor parte de las mismas. En una presentación documental en una de las salas de exposiciones del Hermitage Amsterdam, el visitante podrá obtener una imagen de las vidas de ambos coleccionistas, y comprender su afán coleccionista, obstinado y visionario.
Artistas como Matisse, Picasso, Derain, De Vlaminck y Van Dongen buscaban una renovación, la liberación de la naturaleza y de las tradiciones académicas en el mundo de la pintura. Formaron la primera corriente de vanguardia importante en el siglo XX, que surgió en el ambiente artístico de Francia hacia 1900 como una reacción hacia el impresionismo y el puntillismo. Esta renovación se caracterizaba por colores vehementes y contrastados, un acabado en pinceladas libres, formas simplificadas y deformaciones audaces. Las luces y las sombras se reproducían sin tonos intermedios y sin matizar las transiciones. En la pintura tradicional, los artistas seguían ofreciendo espacios tridimensionales. Para los pioneros, este hecho ya no tenía ninguna importancia, para eso estaba la fotografía. Con sus obras, los pintores deseaban provocar reacciones emocionales. Matisse, el pintor que ejerció mayor influencia, fue el elemento central del grupo de pintores que se denominarán fauvistas, «animales salvajes». En la exposición se pueden ver 12 pinturas y 4 esculturas suyas (entre otras, De rode kamer, fotografía 02.tif, Jeu-de-boules, fotografía 01.tif).
Picasso está representado por 12 cuadros (entre otros, De absintdrinkster, fotografía 08.tif, Tafel in een café, fotografía 09.tif). Durante su larga y fructífera vida experimentó constantemente con nuevas técnicas, y desde 1907 sentó las bases del cubismo. Este nuevo estilo se caracterizaba por formas de expresión más duras y rígidas, y por el uso de gruesas capas de pintura.
Kandinsky (entre otros, Winterlandschap, fotografía 05.tif) conoció a Picasso y a Matisse en París y asumió la influencia de los efectos del color en sus obras, viéndose también influido por la música (Schönberg). No solamente deseaba reproducir sus propios sentimientos y expresiones, sino que oía los colores de la música y sus colores evocaban la música. Malevich llegó aún más lejos. Tras familiarizarse con todas las novedades del siglo XX, finalmente las incorporó todas juntas, la naturaleza, la vida, el «ser», en un plano geométrico (Zwart vierkant, fotografía 12.tif).