El guion es oportuno para nuestros días, trata del tema latente de los países industrializados y de los refugiados, destacable por estar basado en historias reales sacadas por sus autores, el propio Lioret, Emmanuel Courcol y Oliver Adam, de personajes encontrados en los muelles de Calais, donde en pabellones se les tienen concentrados a todos estos refugiados hasta su expulsión de Francia.
La crítica en la película hacia las autoridades Europeas es evidente, esto, sin duda, ha sido motivo de haber levantado un importante debate en Francia, y haber sido vista por más de 1.200.000 personas desde hace un año en que se pusiera en cartel. Es manifiesto también, que a pesar de las criticas a las autoridades Europeas, la película haya obtenido el «premio LUX», otorgado por el Parlamento Europeo, que apoya el cine que alienta el debate social.
Los personajes están muy claramente definidos con el buen hacer y experiencia de su director Philippe Lioret, destacándose la interpretación de Vincent Lindon, que bien por su expresividad innata y manifiesta de sus gestos, pues con ello puede ausentarse parte del dialogo, denotan su evidente experiencia como actor y dota al personaje de una humanidad indescriptible, el debutante Firat Ayverdy, hace un trabajo de interpretación honesto y bueno gracias al entorno de actores que componen el reparto del film, para muchos el desenlace final, supongo que les hubiese gustado que fuera otro, pero para los menos, Lioret, ha determinado el más apropiado, en definitiva una buena película que seguro quedara en quien la vea, un buen sabor y recordará durante días.