Honestidad y dignidad. Así es como podemos resumir el concierto de Bon Jovi. Con un sonido claro y potente, desgranaron 20 títulos recordados por todos. Más de horas de saltos, juegos, complicidades y recuerdos, muchos recuerdos. Desde ‘You give love a bad name’ a ‘Born to be my baby’, ‘Runaway’, ‘In these arms’, ‘Keep the faith’, ‘Bad Medicine’, ‘Wanted dead or alive’, ‘Someday I’ll be saturday night’, ‘Sleep when I’m dead’… cuatro canciones de ‘The circle’, su último trabajo (‘We weren’t born to follow’, ‘Superman tonight’, ‘When we were beautiful’ y ‘Work for the working man’) y una preciosa ‘Hallelujah’ de Leonard Cohen, para terminar con ‘Living on a prayer’, un himno que pasa de generación en generación.
Richie Sambora, esplendoroso en sus cambios de guitarra y vestuario, demostró una vez más que es un Artista de la guitarra con maýusculas. Un ejemplo para aquellos que se enfundan un pantalón de cuero conociendo cuatro acordes.
Dos horas en definitiva de una clase de rock en estado puro. Se dirá que es rock comercial, pero es rock y a la gente le gusta. Y la dignidad está en asumir que uno es lo que es y que ha sido lo que ha sido. Ojalá les volvamos a ver pronto.