Orihuela ofrece una atractiva fachada marítima que es una suma de recoletas calas, playas de arena dorada, cuidadas urbanizaciones y dos recogidos puertos deportivos. De norte a sur, una animada cala y una playa abierta, ambas con servicios y un cuidado paseo marítimo, dan paso a una serie de pequeñas calas perfectas para bucear en sus transparentes aguas.
La playa de la Zenia es un buen escenario para el windsurf y, entre ésta y Cabo Roig, de nuevo aparecen preciosas calas. A los pies de Cabo Roig, un club náutico ofrece los servicios de escuela de vela ligera y windsurf y entre éste y el puerto deportivo Campoamor se abre una amplia playa siempre salpicada por velas de windsurf. En el extremo sur, la playa de Mil Palmeras se funde con la del vecino municipio. La oferta náutica se completa con tres excelentes campos de golf situados a escasos metros del mar.
El arraigo y la magnitud e importancia de las fiestas de la Semana Santa ha influido también en la actividad artersanal del municipio donde se elaboran unos espectaculares elementos de palma y palmito. Las técnicas artesanales se han mantenido también en la elaboración de elementos de imaginería y objetos religiosos que ofrecen los comercios de Orihuela.
En Orihuela la oferta deportiva está sin duda dominada por el golf. Cuatro excelentes campos de muy distinto diseño y orografía permiten elegir el escenario más adecuado para cada tipo de jugador. En cuanto a los deportes de mar, un pequeño puerto deportivo y un club náutico permiten iniciarse en la práctica de la vela. Completa la oferta las buenas instalaciones de un polideportivo con pistas de atletismo, campos de fútbol, baloncesto y balonmano y piscina.
Con el segundo término municipal más grande de la Comunidad Valenciana, Orihuela abarca desde la sierra hasta la costa. En su casco urbano, cruzado de Oeste a Este por el río Segura, se encuentra la mayoría de los más importantes edificios artísticos de la provincia de Alicante, siendo su patrimonio, uno de los más valiosos de la Comunidad Valenciana. Hacia la montaña, en la Sierra de Orihuela, se puede visitar una cueva prehistórica que se encuentran en el monte Sanantón o la Cruz de la Muela, situada en la cima y a la que se accede por un camino que se puede recorrer en menos de dos horas.
La cocina de esta tierra es eminentemente tradicional y sus delicias gastronómicas van desde platos huertanos como el cocido con pelotas, migas, arroz de los tres puñaos, altabellacos, cucurrones, gachasmigas, trigo picao, mondongo, olla gitana, guisado de almóndigas, potajes diversos, arroz clarico, arroz con verduras, con conejo o con cualquier otra variedad hasta el sabroso arroz con costra, plato cuyo origen se disputan diversas poblaciones del Bajo Segura y del Bajo Vinalopó.
Hay que destacar la gran calidad de embutidos de elaboración local: morcillas de verano, morcilla de cebolla, morcilla de pícaro, morcón, blanco, longaniza blanca y roja. Entre los entrantes típicos de la zona tienen especial interés los salazones: bonito, mojama, hueva y atún.
En el litoral, el pescado asume gran parte del protagonismo, pudiendo el visitante degustar platos como: caldero, arroz a banda, paella de mariscos, mújol o dorada a la sal, asado de pescado o simplemente pescado a la plancha.
Entre los postres, aparte de la gran variedad de frutas, sobresale la repostería local. Aunque existen algunas pastelerías de reciente creación, la mayoría de ellas mantienen en sus productos una tradición artesanal que en gran medida es de origen árabe. Donde esta tradición se ha mantenido en un estado de mayor pureza ha sido en los conventos de clausura, donde todavía se pueden comprar a través del torno exquisitos pasteles de gloria, zamarras, chatos, pezuñas, valarinos, tortadas de yema, almojábanas, etc.
Muchos dulces son típicos de una época determinada: las almojábanas y las bolas de San Antón, los paparajotes y buñuelos por Adviento, las yemas y acaramelados por Semana Santa, las gachas con arrope y calabazate por Todos los Santos y las toñas y mantecados por Navidad.
Orihuela cuenta con una completa oferta de restauración donde disfrutar de todos estos suculentos platos y, así, recuperar fuerzas para realizar las múltiples actividades que ofrece la Ciudad.
El casco antiguo de la ciudad fue declarado Conjunto Histórico Artístico el año 1969 y alberga multitud de monumentos, iglesias y palacios conectados por unas calles que invitan a un tranquilo paseo.
El Palacio de La Granaja era una antigua casa solariega que fue reconstruida en la segunda mitad del siglo XVIII, con lo que conserva una importante fachada de arquitectura civil barroca. El Convento de Santo Domingo fue un convento con un colegio anexo que se convirtió en Universidad. La fachada sur es de marcada horizontalidad y presenta tres puertas de acceso, la de la iglesia, la del convento y la de la universidad.
La primera es Juan de Inglés y es de dos cuerpos con columnas corintias rematadas en un frontón, la segunda consta de tres cuerpos en los que se suceden los tres órdenes clásicos, mientras que la tercera es una gran portada barroca de principios del s. XVIII construida por Pedro Juan Codoñer. La forman dos cuerpos rematados por una figura alegórica.
La Biblioteca Pública está ubicada en un edificio de nueva planta sobre el antiguo Palacio del Conde de Pinohermoso, construido en el siglo XVI y reformado en el siglo XVIII, conserva de su primitivo palacio una bella puerta con detalles escultóricos y el escudo de armas. Sobre una antigua mezquita se levantó la iglesia que, posteriormente, pasaría a ser arciprestal, colegiata y catedral del Salvador y Santa María. Encierra las características del gótico catalán y presenta un arco de influencia mudejar, así como unos interesantes capiteles de decoración figurativa. Sus puertas se sitúan en el gótico arcaizante (la de Loreto) y en el renacimiento (la de la Anunciación).
El gótico, el renacimiento y el barroco se unen en la Iglesia Parroquial de Santiago el Mayor. En su interior se conserva un órgano del siglo XVIII y un grupo escultórico de la Capilla de San José del escultor murciano Francisco Salzillo.
El modelo de los palacios orriolanos fue seguido para la construcción del Palacio de Rubalcava que, en su interior, posee una escalera de mármol con zócalo de azulejería. En la planta noble se encuentra una capilla neogótica, el salón negro, el salón de baile, de estilo rococó y el salón verde de estilo imperio. También conserva una colección de cerámica, principalmente de Manises, y lienzos de temática religiosa de los siglos XVII y XVIII.
Además de un apartado de etnología el Museo Arqueológico Comarcal, con cerámica argaica, islámicas y cristianas, guarda el paso procesional El Triunfo de la Cruz, conocido como La Diablesa, realizado por Nicolás de Bussy en 1694 y conservado en el presbiterio de la Iglesia en la que se encuentra el museo. Se encuentra situado en la Sala-Museo de San Juan de Dios.
El Museo de la Reconquista se trata de un museo sobre las fiestas de Moros y Cristianos y conservan trajes festeros, instrumentos musicales y carteles anunciadores de las fiestas, entre otros. Además, temporalmente se celebran exposiciones con materiales arqueológicos. En él se conservan trajes festeros de las distintas comparsas, fotografías, originales de los distintos carteles anunciadores de las fiestas, emblemas, escudos, banderas, instrumentos musicales, armas y una maqueta del castillo. El Museo se completa con una amplia vitrina para la exposición temporal de materiales arqueológicos de la cultura islámica y cristiana bajomedieval.
Cómo llegar
Accesos: La Autopista A-7 y la Autovía Alicante-Murcia (salidas 80 y 81) tienen acceso a Orihuela, municipio al que se llega, también, por la Autovía Madrid-Alicante. El aeropuerto de Alicante se encuentra a 30 minutos, mientras que el de Murcia, a tan sólo 20.
Nuestro agradecimiento al Patronato de Turismo de la Comunidad Valenciana