Belém, la ciudad de la lluvia, en Brasil

En Belém la gente suele preguntar: “¿Va a salir a la calle antes o después de la lluvia?”. Quien no conozca el Estado de Pará puede pensar que esto es una broma, pero los chubascos son bastante comunes por toda la región. Y es que, debido al clima calido y húmedo, llueve prácticamente todos los días. Y por más increíble que eso pueda parecer, la lluvia cae casi a una hora definida: alrededor de las 3 de la tarde. Alberto Rodríguez. Gulliveria.

La capital paraense atrae la atención por diversas razones. Las frutas deliciosas, que sólo existen allí; los trazos bien definidos de la cultura indígena; construcciones arquitectónicas increíbles; además de una cultura popular riquísima. En la “ciudad de los mangos” – como es cariñosamente llamada por la población local – después de la reforma realizada en sus plazas, parques y museos del siglo pasado, parte de la historia brasilera puede ser vista de cerca. La Ciudad Vieja abriga recuerdos de una época anterior al ciclo de la goma, que están estampadas en las calles estrechas y en los casarones con fachadas de azulejos, y que datan del siglo XVII. Un paseo por la ciudad puede conducir el visitante a un viajen por el tiempo. En Belém puede aprovechar el encanto de la vegetación nativa. Inspirado en el «Bois de Boulogne» (París), el Bosque Rodrigues Alves muestra un poquito de la bella Amazonía.

Hay deliciosos lugares para realizar caminatas, meriendas o simplemente para disfrutar de la convivencia con la naturaleza. Pero, el mayor atractivo de la ciudad es el Mercado “Ver-o-Peso”(Ver el peso). El lugar tiene ese nombre porque, en el período colonial, eran hechas allí las verificaciones de peso de las mercancías, que llegaban por el puerto de al lado. Hoy, es un lugar donde se encuentra de todo. Además de las leyendas de la morena Iara y de la Vitoria Regia, Belém es conocida por la fiesta del Círio de Nazaré, que acontece anualmente durante el mes de octubre. La procesión, que hoy reúne cerca de 1,5 millones de fieles, es una de las mayores manifestaciones católicas del País. Tocar la corda atada a la berlina de Nuestra Señora de Nazaré es la mayor prueba de devoción a la santa.

Qué visitar
Basílica de Nuestra Señora de Nazaré:
Construida en 1852 exactamente en el lugar donde la imagen de Nuestra Señora de Nazaré fue encontrada por el cholo Plácido, la Basílica de Nazaré es una combinación armónica de elementos decorativos esparcidos por todos los lados. En su interior existen 32 columnas de granito; 54 vidrieras hechas en Francia y que cuentan la historia del Círio; 38 medallones en mosaico, producidos en Brasil y en Milán; y 19 estatuas de mármol carrara, algunas de ellas esculpidas por Antônio Bozzano. En las piezas son encontradas figuras barrocas, de estilo clásico y hasta de arte renacentista. La Basílica está en la Plaza Justo Chermont.

Teatro de la Paz:
El más importante del Estado de Pará, y uno de los que tienen más concepto de Brasil. Ostenta y simboliza la riqueza de los tiempos áureos de la goma. Su proyecto fue elaborado en estilo neoclásico. La construcción comenzó en 1868, pero sólo terminó seis años después, en 1874. Tiene sala de espectáculos con 1.100 lugares, obedeciendo al criterio teatral italiano. La casa tiene aparejos modernos de sonido y luz, además de refrigeración Central. Está localizado en la Calle de la Paz, Plaza de la República.

Museo Emílio Goeldi:
Reconocido hace tiempo como uno de los más importantes centros de pesquisa científica de Brasil, se dedica al estudio de la flora y fauna Amazónica. De allí salieron también importantes estudios sobre los pueblos indígenas, primeros habitantes de la región. En el parque zoo-botánico el visitante va a poder conocer y admirar más de tres mil muestras de plantas cuya incidencia se da en la región, además de 700 tipos de maderas y un pequeño zoológico. El acuario y la exposición permanente de artefactos, rescatados por el esfuerzo de la institución en descifrar la etnografía de la región, completan la colección que ofrece además un panel evolutivo de la ocupación de la Amazonía. Está en la Calle Magalhães Barata.

Museo de Arte Sacra:
Primero en el género en toda la región Amazónica, funciona en el conjunto formado por la Iglesia de Santo Alexandre y el Palacio Episcopal, en el Barrio de la Ciudad Vieja – núcleo que dio origen a la ciudad. Detentador de un rico acervo con más de 300 piezas de arte sacra, es considerado uno de los más importantes del País. Tiene espacios específicos para exposiciones permanentes, Galería Fidanza, Café del Museo y Boutique Empório de las Artes. Está en la Plaza Frei Caetano Brandão, Ciudad Vieja.

Mercado Ver-o-Peso:
Creado en 1688, surgió cuando los portugueses decidieron cobrar impuesto de todo lo que entraba y salía de la Amazonía. A pesar de parecer una gran venta, la mezcla de colores, olores y objetos es muy interesante, además de folclórica. Allí, se encuentran hiervas medicinales, diversas frutas regionales, artesanía, utilidades domésticas, carnes, pescados y condimentos. El Ver-o-Peso reúne dos mil tiendas y puestos ambulantes por todos los lados; y está en las proximidades del antiguo Mercado de Ferro, junto al puerto.          Bosque Rodrigues Alves – Jardín Botánico:
Inspirado en el Bois de Bologne, de París, el Bosque Rodrigues Alves es un pedazo de selva Amazónica preservado en el medio de la ciudad. En un área de 16 hectáreas, en plena Avenida Almirante Barroso – una de las de más movimiento de la ciudad – hay 2.500 especies nativas, un orquidario, lagos, grutas, cascadas e incluso una réplica de montaña. Pueden ser vistos animales de pequeño porte característicos de la región, como monos ardilla, cutías y guacamayos.

Complejo Estación de las Docas:
Reabrió las ventanas de Belém a la Bahía del Guajará. El proyecto de restauración alcanza el área de antiguos almacenes de la Compañía de Docas de Pará. Se trata de estructuras metálicas prefabricadas en Inglaterra y que fueron montadas a inicios del siglo XX en Belém. Son 18 mil metros cuadrados de área urbanizada, con servicios de bar-café, restaurantes diversos, tiendas, agencias de turismo, bancos, además de auditorio y dos memorales: Memoria del Puerto y Memoria de la Fortaleza de São Pedro Nolasco. Hay, también, una estación fluvial y extensa área externa.

Cómo llegar
El Aeropuerto Internacional de Belém recibe vuelos diarios de la mayoría de las capitales brasileñas. La principal vía de acceso para Belém es la BR-153, más conocida como Carretera Belém-Brasilia.
Dónde alojarse
Belém tiene excelente estructura hotelera para recibir sus visitantes. De las simples posadas a los más sofisticados hoteles, allí hay de todo; basta escoger. A demás, a pesar de famosos, no solamente los platos típicos de la Región Norte pueden ser apreciados en los numerosos restaurantes de la ciudad; muchos establecimientos ofrecen los más variados menús, que incluyen hasta incluso platos de la cocina internacional.

Gastronomía
La culinaria paraense fue, de todas las regiones, la más influenciada por la sabiduría indígena; dando a sus platos un toque muy especial. El caldo amarillo de gusto amargo, descubierto por tribus amazónicas, es utilizado en varios platos. Extraído de la raíz de la mandioca, el zumo tiene que ser hervido para que se evapore de su fórmula los trazos de sustancias tóxicas que puedan estar presentes allí.

Después de eso, el tucupi ya puede acompañar las carnes y pescados. En la famosa receta de pato en el tucupi, se mezclan al caldo algunas hojas de jambu (hierba de los dientes) – una verdura nativa que causa leve adormecimiento en la lengua.

De compras
El trabajo más encontrado en Belém son las réplicas de jarrones, jarros y otros utilitarios de las cerámicas marajoara y tapajônica, herencia de los primitivos habitantes de la Amazonía. En Belém, es posible encontrar ejemplares para compra en las tiendas de la Avenida Presidente Vargas. Hay además collares, plumas indígenas, arcos y flechas, y cestas indígenas.

Nuestro agradecimiento a la Oficina de Turismo de Brasil